IDEAS

Una fría Navidad

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El clima amenaza con que esta Navidad en Guatemala será bastante fría para nuestros estándares tropicales, pero otros pasarán una Navidad mucho más fría que la nuestra. En Estados Unidos amenazan con la peor tormenta en una generación, en Europa muchos tendrán que bajarle a la calefacción debido a los altos precios de la energía. Y en Ucrania, la mayoría pasará una Navidad no solo con mucho frío y nieve, sino con poca electricidad, menos calefacción y con la amenaza constante de bombardeos que compliquen la situación. Aun así, no tengo la menor duda de que lo importante no es la temperatura ambiente, sino el calor humano que estas fiestas suelen hacer brotar en cada uno de nosotros, aun en las peores circunstancias.

' ¿Habríamos hecho algo distinto de saber que sería la última? Quizá sí. Pero no lo sabíamos. Nunca lo sabemos.

Jorge Jacobs

Casi siempre al acercarse esta celebración nos envuelve una vorágine de compras, festejos, diversión, regalos, saludos y abrazos —especialmente después del alejamiento que impuso en muchos la pandemia— que nos impiden reflexionar sobre lo que realmente es importante—. Ese torbellino de actividades consigue muy efectivamente reemplazar a la constante preocupación por lo urgente que nos asedia todos los días en nuestros trabajos, consiguiendo que, aun en esta época que se supone es de reflexión, continuemos viviendo la vida en automático, sin darnos cuenta cómo esta pasa.

Pero no tiene que ser así. Siempre podemos detenemos por un momento, quitar el piloto automático de nuestra vida y damos cuenta de todas las cosas bellas y hermosas a nuestro alrededor. No se asombre, estas siempre han estado allí, lo que pasa es que no nos percatamos. La Navidad debiera ser una época en la que nos despojamos un poco de los afanes del día a día y, sin embargo, parece ser que son los momentos en que más afanados estamos. Todo gira alrededor de las cosas que vamos a regalar y poco reflexionamos sobre lo que es más importante.

¿Y qué son esas cosas más importantes? Para principiar, la razón misma de esta festividad: Dios. ¿Se recuerda que precisamente todo el sentido de esta celebración es remembrar la venida del Salvador a este mundo? Que los regalos, abrazos y demás costumbres no le hagan perder de vista la razón de ser de la Navidad. Pero también podemos darle un poco de tiempo a cultivar aquellas cosas que no se pueden comprar. El amor, la amistad, la felicidad, la paz no las podemos comprar, pero le aseguro que son más importantes que todos los bienes materiales que podamos adquirir. Sin embargo, la mayor parte de nosotros pasa su vida afanada por las cosas que se pueden adquirir con dinero para darnos cuenta, quizá muy tarde, que hemos perdido aquellas otras.

¿Quién me iba a decir, por ejemplo, que la Navidad pasada sería la última que pasaría con mi mamá, y que adicionalmente no la pudimos celebrar como a ella le gustaba, con toda la familia reunida, por causa de la pinche pandemia? ¿Habríamos hecho algo distinto de saber que sería la última? Probablemente sí. Pero no lo sabíamos. Nunca lo sabemos. Por eso es importante apreciar el presente.

Así que, yo lo invito a que esta Navidad tome una actitud diferente. Ya tiene listo todo lo que va a necesitar, la comida, los regalos; pues ahora hágalos a un lado un momento y preocúpese por lo realmente importante: ¿Tiene algún amigo a quien dejó de ver hace mucho tiempo y de quien no ha vuelto a saber? Búsquelo y renueve esa amistad. No tiene que llevarle ningún regalo. La amistad es más que suficiente.

¿Se siente agradecido por todo lo que ha recibido en este año? Pues no se quede allí, comparta algo con quienes no tuvieron tanta bendición. De seguro conoce a alguien a quien podrá hacer feliz con algo tan sencillo como una buena comida o un juguete. No pierda la oportunidad. Ahora es cuando lo puede hacer. ¡Tengan todos una muy feliz Navidad!

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