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Unidad nacional y patriotismo en tiempos del coronavirus

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A pocos días de las fiestas patrias, sin celebraciones oficiales por la emergencia sanitaria, no se podrá, como es costumbre, ensalzar la grandeza del país con lindos eventos para cantar el himno nacional, correr con antorchas o asistir a los desfiles. Sin ornamento alguno tendremos la oportunidad de cambiar las clásicas demostraciones de fervor patrio y transformarlas en otro tipo de acciones, poniéndole cada uno su propio toque festivo.

' Consumir lo nuestro implica ayudar a mantener abiertas empresas e industrias que generan empleos.

Brenda Sanchinelli

Y es que, aunque a algunos les resulte cursi o anticuada la expresión de “amor a la patria”, este es un concepto moral, vigente, y que debe practicarse no del diente al labio, sino con acciones concretas. Sobre todo en estos momentos tan difíciles para la economía nacional, cuando, más que nunca, todos los guatemaltecos debemos empujar al país para salir avante y encontrar la armonía, unidad y verdadero patriotismo.

En mi opinión, el amor a la patria es un profundo cariño y apego a la tierra, un impulso que lleva a actuar por un sentido de pertenencia a la Nación. Hoy en día el amor a la patria es un compendio de sentimientos de unidad con personas que compartimos la misma cultura, costumbres, defectos y virtudes.

Los efectos sociales y económicos poscovid todavía son difíciles de calcular, sería ilusorio pensar que, una vez superada la epidemia, la economía pueda volver a ser como antes. De hecho, entre los efectos de la emergencia está la necesidad de repensar la producción y el consumo. Sin embargo, es importante es comprender que hoy, más que nunca, consumir lo nuestro es parte fundamental de la reactivación económica.

Fomentar el consumo local es la base para reanudar el proceso financiero y productivo del país, para que de esta forma se impulse la industria nacional y la sostenibilidad del empleo.

En estos duros momentos la empatía y sentido de pertenencia a Guatemala significa quedarse en el país, en lugar de ir a pasear fuera, y hacer turismo interno, visitando los lugares más hermosos —que los extranjeros ensalzan y visitan con tanto entusiasmo— como Tikal, Panajachel, Antigua, nuestras lindas playas; ir a pequeños restaurantes, hoteles y consumir, comprar productos guatemaltecos y no importados. No olvidemos también las artesanías, que representan un importante porcentaje en la cadena de mercados nacionales. Muchos productos guatemaltecos son de alta calidad. Crear y apoyar el emprendimiento, en este momento complicado para la economía mundial, es la mejor forma de demostrar la unidad nacional, para así impulsar el desarrollo económico y sostener las fuentes de empleo.

Muchos ciudadanos que son el orgullo de nuestra nación por su impecable accionar diario, que han demostrado honrar y engrandecer al país con el desempeño de sus labores honestas, han perdido su trabajo durante la pandemia; tal vez aquella mesera que lo atendía en su restaurante favorito con una sonrisa, la secretaria que siempre le enviaba los mails a tiempo, el chofer educado que siempre le contestaba los buenos días; todos aquellos que cumplen con su deber, pagan sus impuestos, no roban a nadie, luchan por su familia y ayudan a su comunidad, a los cuales estamos llamados hoy a apoyar activando de nuevo la economía nacional.

Sigamos invirtiendo en Guatemala porque es nuestra patria, construyendo, trabajando con amor, eficiencia, alegría y pasión; y que a pesar de todas las adversidades que se presentan en estos momentos procuremos no perder la esperanza de un futuro mejor. Debemos preferir consumir todo lo que ofrece Guate en la industria y sus cadenas productivas antes que lo que viene de afuera. Consumir localmente genera un círculo virtuoso que beneficia a todo el país.

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