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Universidad de San Carlos debe despolitizarse
Tras la caída en prisión del rector electo para el periodo 2018-2022 Murphy Paiz, junto a uno de sus predecesores, la universidad de San Carlos ha entrado en un letargo administrativo y docente sin precedentes, donde la comunidad estudiantil es la verdaderamente afectada. Desde entonces, es inaudito que hayan cambiado autoridades universitarias en cuatro ocasiones en menos de 3 meses, iniciando por el nombramiento del decano de veterinaria, humanidades, medicina y ahora farmacia.
' Deben generarse cambios que permitan excluir la participación de Usac de asuntos de la política nacional.
Brenda Sanchinelli
Esta situación ocasionada por a un grupo de poder enquistado en el Consejo Superior Universitario, siguiendo las directrices de un decano dictador que tiene cooptados todos los cuerpos electorales, permitiéndole muchas reelecciones. Este decano es el poder tras el trono y es vox populi que quiere decidir sobre las decisiones de los rectores en funciones tomando acciones drásticas en la administración central de la Usac, colocando gente afín a sus intereses espurios, sin importarle que los procesos administrativos, estudiantiles y docentes estén detenidos, afectando con ello a todo el personal administrativo y por lo tanto los procesos académicos y de servicios estudiantiles se han detenido en su mayoría.
No debe olvidarse que lamentablemente esta Universidad juega un rol activo en al menos 75 cuerpos colegiados que forman parte esencial del aparato estatal. Esta incidencia política ha dañado profundamente los estándares académicos de este centro de estudios y lo ha convertido en un recinto donde se mueven botines políticos al más alto nivel, ya que lamentablemente tiene un alto grado de incidencia y participación en el sistema gubernamental guatemalteco.
Esta situación debería de ser cortada de raíz y modificada completamente, excluyendo a la universidad estatal y a las privadas de cualquier participación en la vida política nacional.
Pero mientras ese momento llega, es necesario que el rector de la Usac sea una persona apegada a la ley, intachable y altamente honesta. Y no únicamente este personaje, sino también los decanos que tienen su cuota de poder. Es decir, el decano de derecho y el de ciencias económicas.
Sus delegados están presentes —por mencionar algunos— en las elecciones de funcionarios de la Corte de Constitucionalidad, Defensa Pública Penal, Comisión de Postulación de Magistrados a la Corte Suprema de Justicia, Salas de Apelaciones, Tribunal Supremo Electoral y Comisión de Postulación del Ministerio Público.
Y como si esto fuera poco, en el área económica tienen delegados en la Junta Monetaria, postulación para la Contraloría de Cuentas. Y así podría nombrar a las 75 diferentes instituciones donde la Universidad de San Carlos tiene voz, pero sobre todo voto. Y justamente por esta razón el puesto de rector es uno de los más jugosos y apetecidos por los politiqueros corruptos, sabiendo la gran cuota de poder que implicaría estar en esa silla, además de tener el manejo de millones de quetzales con poca o nula fiscalización.
La Usac es la única universidad en el mundo que posee iniciativa de ley y la única en América Central que posee aporte constitucional como garantía de sus fondos, que por cierto es el 5% del presupuesto de la Nación.
Tener un jugoso presupuesto que se consume casi todo en gastos de operación es una maldad. ¿Dónde está la inversión en investigación, equipo, mobiliario, becas y labor social para retribuir en algo al país? Es casi nula en relación con el presupuesto, el cual se va al bolsillo del rector de turno.
Es necesario que lleguen a la dirección de la Usac nuevos rostros, con vocación de servicio, para rescatar y renovar esa institución que en otros tiempos fue catalogada una de las mejores universidades de Latinoamérica.