Muchos se han preguntado cuál es el propósito de su vida, pero pocos han tomado la decisión de descubrirlo. Durante el trayecto de nuestra vida nos vemos en la necesidad de reflexionar en torno a una pregunta de gran importancia ¿Cuál es mi propósito? Esa razón de ser que sobrepasa todo objetivo en nuestras vidas, para darle sentido a nuestra propia existencia.

Mark Twain expresó: “Los dos días más importantes de tu vida son: el día en que naces y el día en que descubres por qué”. No obstante, encontrar nuestro propósito de vida no es algo que ocurre de la noche a la mañana; requiere de un gran trabajo de introspección. El ikigai, término japonés que significa “razón para vivir”, es una herramienta que puede ser de gran utilidad para descubrir nuestro propósito por medio de su metodología de introspección.

El ikigai consta de un diagrama en donde confluyen las respuestas a las siguientes cuatro preguntas: ¿Qué es lo que más amas hacer? ¿Para qué eres bueno? ¿Qué necesita el mundo de ti? ¿Por qué podrían pagarte? Las respuestas deben de ser contrastadas para obtener así nuestra misión, pasión, profesión y vocación, cuatro pilares fundamentales para descubrir nuestro propósito. El encontrarlo no solamente nos facilita acrecentar nuestro bienestar, si no que agrega valor al círculo en donde nos desarrollamos.

Al rodearnos de personas que nos inspiren por su esencia ocurren cambios positivos en nosotros, impulsándonos a descubrir qué es aquello que nos hace felices. No olvidemos que esa razón de ser, es el combustible que hace que trabajemos por lo que anhelamos, aquello que nos da fuerzas para continuar a pesar de los fracasos que atravesamos. Comprender que nuestro propósito nos da la paz necesaria para avanzar en medio de la incertidumbre, crea en nosotros la motivación precisa para alcanzar nuestros objetivos personales.

Todas las generaciones sensatas, pero en especial los centeniales, debemos de darle sentido a la vida y no la vida a nosotros, permitiéndonos ser los edificadores de nuestro propio camino. Aportando valor al mundo al ser útiles por medio de nuestro talento innato (esencia), obteniendo así una vida llena de sentido y felicidad. Sin embargo, debemos de estar dispuestos a vivir la vida que deseamos y no la que otros desearían que tuviésemos, de lo contrario fallaríamos en cumplir nuestro propósito.

Ser libres de elegir y construir la vida que deseamos, nos desvela un mundo de posibilidades de las cuales cada uno de nosotros es dueño. Sin embargo, cada decisión tomada requiere que seamos capaces de ser consientes y responsables para con las repercusiones que estas conlleven. Hoy más que nunca necesitamos a personas que estén dispuestas a descubrir su propósito, que animen a otros a ser conscientes de su razón de ser y de lo que su legado representa para este mundo, para este país y para su entorno más cercano.

No es provechoso para nadie avanzar sin rumbo, dejando que el día a día sea lo que le dé sentido a nuestra vida. Hoy, más que nunca, es necesario que nos preguntemos cuál es nuestro propósito de vida e influyamos en otros positivamente a partir de nuestra razón de ser. Viviendo conscientemente acerca del significado que representa cada una de nuestras vidas.

Vivir con pasión y motivación es algo que solo aquellas personas que conocen su propósito logran experimentar y sin duda, es algo en lo que todos debemos de esforzarnos por descubrir, para darle un sentido extraordinario a nuestra vida.