HAGAMOS LA DIFERENCIA
¿Y ahora que ofrecerán para ganar en segunda vuelta?
Tal y como se previó, estamos ante una segunda vuelta electoral. Los candidatos que competirán por la Presidencia son ahora solo dos. Podemos observar cómo el pueblo de Guatemala ha reflexionado su voto. Ante el panorama que se presentaba de un grupo de candidatos alineados al oficialismo, vemos sorprendentemente, ahora, una opción que muchos consideraban imposible. Lo que sí es cierto es que el sistema nuevamente permitió la elección de diputados reciclados, con oscuro pasado, que han hecho de su curul una cueva de corrupción, de impunidad. Esto debido al sistema de elección, en donde muchos aún bajo el anonimato fueron electos al figurar en las primeras casillas de las nóminas de sus partidos en los listados nacionales. La clave para muchos de ellos fue presentar un candidato a presidente que lograra el número de votos necesarios para asegurarles una curul. Diputados en las primeras posiciones ni siquiera realizaron propaganda, al estar seguros de que son non gratos e impresentables ante la población, pero ahora allí están elegidos debido al porcentaje de votos que ha logrado su partido.
' Hay un hartazgo de la ciudadanía ante los ofrecimientos sin cumplimento, así que esperamos que se presente un Plan de gobierno serio, basado en toda la planificación existente y con los recursos adecuados
Samuel Reyes Gómez
Respecto de los presidenciales en esta segunda vuelta, la pregunta es: ¿De llegar a la Presidencia, qué ofrecerán para el desarrollo y la problemática del país? ¿Tienen un equipo de trabajo que puedan presentar ante los votantes que respalde su gestión? Pero quizá más importante que eso, es ¿cómo garantizan que lo que ofrecen se cumplirá? Por qué como dice un refrán: “La lengua no tiene hueso y puede hablar lo que sea”; puede ofrecerse mucho, pero cumplirse poco. Con los gobiernos pasados nos entusiasmamos con los ofrecimientos, muy visionarios y adecuados, pero que en su mayoría no se llegaron a cumplir. En esta campaña los ofrecimientos fueron populistas, ofreciendo regalar de todo, pero sin una base presupuestaría clara y sin un plan que los oriente.
Considero importante recordar, para no ir tan lejos en el tiempo, algunos de los ofrecimientos del actual presidente Alejandro Giammattei en su campaña y ratificado en el discurso de toma de posesión. Ofreció sacar a Guatemala del Parlamento Centroamericano (Parlacén), organismo con nulos resultados, que no ha contribuido a la integración y el desarrollo centroamericano, para lo cual fue formado. Guatemala sigue allí en el Parlamento, sin ninguna intencionalidad clara para separarse del mismo. También ofreció cerrar la Secretaría de Asuntos Administrativos de la Presidencia, la SAAS, de la que expresó que se había convertido en un nido de corrupción y desperdicio de los recursos que necesitamos en el país, ofrecimiento que no volvió a mencionarse en su gobierno. El ataque a la corrupción fue otro de sus ofrecimientos, al indicar que se comprometía a trabajar para que se acabe la impunidad y que perseguiría a los delincuentes comunes y a los organizados. Dijo, además, que apostaría por la educación como el motor de la sociedad, como el único seguro de un futuro próspero. Ofreció la implementación del Tren Rápido de Guatemala, un proyecto que buscaría impulsar la economía nacional; en un video explicó que constaría de dos vías férreas, una de carga y otra para pasajeros, formaría un anillo ferroviario para facilitar el intercambio comercial, turístico y el movimiento industrial. En el ocaso de este gobierno, observamos que estos ofrecimientos quedaron en el olvido y el pueblo se siente engañado al no cumplirse los mismos.
Hay un hartazgo por parte de los ciudadanos ante estos ofrecimientos, así que esperamos que se presente ante la población un plan de gobierno serio, basado en toda la planificación existente, y no en ofrecimientos populistas carentes de visión. Este plan debe ser alimentado con los recursos adecuados para su ejecución, con evidencias claras de cómo se cumplirá. De ello dependerá ahora el voto “pensante” que se ha manifestado en la primera vuelta en las urnas.