CONCIENCIA¿Cambiaremos?

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Muchos de los guatemaltecos deseamos el desarrollo de nuestro país. La globalización de la economía y la consolidación de la democracia son una realidad que no podemos cambiar.

Es necesario tomar un nuevo rumbo para llegar a ser un país competitivo. ¿Y qué significa esto? Pues tan sencillo como hacer buenos productos, al costo más bajo, en mayores cantidades y venderlos en el mercado mundial. En un mundo competitivo no cabe la mediocridad.

Además, algunos países nos llevan la delantera. Muestran que no basta un gobierno eficiente, o tener empresas competitivas, o funcionarios públicos capaces, o trabajadores productivos, para salir adelante, sino la suma de todo de forma sistémica. Esto es lo que proporciona el éxito de manera sostenible en el largo plazo.

Un concepto que se ha desarrollado en Europa es la competitividad sistémica. Según ésta, la competitividad de una economía está basada en primer lugar en aquellas medidas vinculadas y dirigidas en tres niveles: el macro, el micro y el meso.

La interacción y dinámica de estos niveles varían de país en país. Estos tres niveles se entretejen en una dimensión superior, denominada el nivel meta.

El nivel macro integra las políticas monetaria, cambiaria, fiscal, gasto, comercio y competencia. En nuestro caso, tenemos estabilidad en este nivel. Sin embargo, contamos con un déficit fiscal insostenible y el gasto social se invierte deficientemente. Las exportaciones se han reducido en los últimos años, mientras las importaciones se incrementan. Pero como sociedad pareciera que no nos damos cuenta de los efectos negativos que esto conlleva.

El nivel meso abarca políticas como infraestructura, educación, tecnología e industrialización. En infraestructura se han hecho cambios importantes en los últimos años, tenemos más servicios y marcos legales que permiten la competencia, pero aún nos falta mejorar la calidad y el acceso a los más pobres.

En educación también hemos avanzado, pero aún no superamos los cinco años de escolaridad promedio y no tenemos una política relacionada con la tecnología. El tema de la industrialización no se discute en el país.

En relación con el tercer nivel, el micro, sus componentes se refieren a las empresas. Trata la competencia empresarial, las estrategias corporativas, la gerencia de la innovación, desarrollo, producción y mercadeo, integración entre redes de tecnología, logísticas intercompañías, y la interacción entre oferentes, productores y clientes.

En este nivel, encontramos que en nuestro país hay empresas que están a la vanguardia, sin embargo, la mayoría, especialmente las medianas y pequeñas, aún no logran solucionar sus problemas del nivel meso, como la educación, la seguridad y la infraestructura.

La interacción de los niveles macro, meso y micro generan la competitividad, la cual está vinculada con el nivel meta. El resultado depende de las instituciones (sus reglas y su cultura) de cada país, específicamente de la habilidad de los distintos grupos sociales de aprender y adaptarse, y de la forma de integración de los mismos.

Aquí también entran en juego las actitudes, las organizaciones políticas y la habilidad de formular estrategias y políticas. En los últimos años hemos avanzado al respecto. Tenemos bases mínimas como la Constitución de la República, los Acuerdos de Paz y el Pacto Fiscal, pero lamentablemente no logramos implementarlos a nivel político. Respecto de las actitudes, hay más apertura y tolerancia, aunque la ética se ha perdido.

En resumen, hay una gran tarea por delante, pero sólo lograremos desempeñarla con éxito si cambiamos de actitud, hacemos las cosas bien hechas a todo nivel, y trabajamos en armonía buscando poner a Guatemala muy alto, entre los mejores países.

ESCRITO POR:
María del Carmen Aceña
Ingeniera en Sistemas, con maestría en Administración de Empresas de INCAE. Vicepresidente del Centro de Investigaciones Económicas (Cien). Exministra de Educación. Amante de la vida y de Guatemala