CONCIENCIAMás y mejores empleos

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La mejor política salarial, es un buen empleo, proponía hace unos años un conferencista alemán, refiriéndose a una estrategia de combate a la pobreza. Coincido con este planteamiento. Muchas veces las políticas de erradicación de la pobreza se resumen en una serie de proyectos asistencialistas, pero no de crecimiento económico y de desarrollo social. No se toma en cuenta que para ser más prósperos es necesario producir más y generar mejores empleos.

Más de la mitad de los guatemaltecos son pobres. Según la última encuesta de empleo e ingresos (ENEI 2002), de los casi cinco millones que trabajan apenas un 28% labora en el sector formal. El tener un mal empleo depende mucho de no tener educación, salud, infraestructura y servicios en general. En Guatemala, poco hemos invertido en las personas. Un estudio realizado por PREAL señala que la escolaridad promedio del trabajador no llega ni a cinco años, esto significa que ni siquiera terminó la primaria. Además se estima que más de una tercera parte de la fuerza laboral no tiene instrucción alguna.

Otro problema es la falta de inversión y desarrollo de la empresa privada. En los últimos años la inversión privada no ha aumentado. La inversión por trabajador está relacionada con el capital de que se dispone para aumentar la producción.

Para que esta inversión privada se transforme en empleos productivos, depende en gran medida de la política económica, de la estabilidad y de la coherencia de las mismas, y de la credibilidad de los agentes económicos en la estabilidad de las políticas.

El problema es estructural, ya que para generar empleos de calidad es importante invertir en las personas en educación y salud y generar el clima de confianza para atraer inversión. Sin embargo, la mayoría de los políticos aumentan los salarios mínimos de forma coyuntural, haciendo creer a la población que con esta medida realmente van todos a mejorar.

El resultado es que cada vez son más los guatemaltecos que están fuera del mercado formal laboral y el ingreso promedio de los guatemaltecos no mejora. Estadísticas del IGSS señalan que tan sólo una cuarta parte de los trabajadores tienen relación con esta institución, y en los últimos años ha disminuido la taza de cotizantes. El sector más afectado es el agrícola.

Del período 1999-2001 los trabajadores formales disminuyeron de 185,000 a 151,000. Es importante señalar que los salarios están relacionados con lo que el trabajador produzca. Esto depende de la inversión en las personas y del capital que se tenga. Sólo con mayor productividad es posible aumentar realmente los salarios.

Las recomendaciones para generar más y mejores salarios van por dos vías. Es importante reducir el nivel de riesgo de invertir en el país. Esto significa contar con reglas claras, estables y creíbles. Es importante contar con un marco competitivo que premie la inversión no sólo en recursos financieros, sino en la personas. Se debe mejorar la cobertura y calidad de la educación, así como la capacitación de los empleados.

En el corto plazo, es importante evitar aumentar los salarios mínimos, manteniéndolos en los niveles actuales. Aunque no parece, esta medida tiende a castigar a los trabajadores menos calificados, especialmente los que trabajan en pequeñas empresas que son la mayoría en nuestro país. Además debiéramos de contar con un régimen más flexible de horarios y de contratación que permita empleos de tiempo parcial y temporal, y libertad para que los empleadores y trabajadores introduzcan verdaderos pagos por productividad.

La generación de más y mejores empleos es fundamental para combatir la pobreza. Esperamos que el próximo gobierno presente una buena estrategia para lograrlo.

ESCRITO POR:
María del Carmen Aceña
Ingeniera en Sistemas, con maestría en Administración de Empresas de INCAE. Vicepresidente del Centro de Investigaciones Económicas (Cien). Exministra de Educación. Amante de la vida y de Guatemala