Crisis a fuego medio

RENZO LAUTARO ROSAL

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Para esto último se requieren ingredientes que lo estimulen, que incentiven el logro de objetivos mayores y no solo agitar las aguas por encimita.
Eso de concentrar y sintetizar tensiones lo sabe muy bien el partido oficial, actualmente azotado por diferentes flancos, desde fuera y también desde el interior. Agotamiento prematuro o destino forjado lentamente ante la infinidad de desmanes creados en poco más de dos años que pasa una factura que les resulta impagable.

Ahora rendidos en los rounds iniciales, le quedan dos opciones: desencadenar acciones reactivas a manera de berrinches cuando las jugadas no salen, o bien, intentar negociar para recuperar algunos de sus antiguos aliados lo cual conllevaría prescindir de una parte del capital jineteado.

Secuencia y desencadenar son dos palabras claves para que la crisis adquiera tal sentido y se traduzca en sólidos quiebres en el ejercicio del poder. En caso contrario, son simples escaramuzas donde nadie pierde y los sucesos son puras entretenciones.

Una crisis no es un evento, sino la acumulación de varios episodios, hilados entre sí. Entre ellos, algunos adquieren el carácter de desencadenadores, es decir, eventos más fuertes que el resto. Para eso último, se requieren actores políticos capaces de sintetizar objetivos y orientar cambios con cierto sentido.

Aquí es donde la cosa se complica. Ni Líder, ni Todos ni la UNE tienen el punch necesario para encabezar la oxigenación del momento. Son expresiones prostituidas, del mismo origen, que no pasarán de una alianza táctica, oportunista y marcada por la desconfianza mutua. Mientras eso pasa, los patriotas no están de brazos cruzados. Además de cierta desesperación porque no hay quien suene la campaña para que acabe la andanada de golpes, han iniciado la defenestración interna para lavarse la cara.

De momento dos objetivos, el exministro de Salud Villavicencio y el exdirector de Migración y fundador del PP, Vicente Roca. Esas muestras de “traición” tienen un mensaje: evitar o al menos diferir que los pesos fuertes sean tocados. Cuando eso suceda, la crisis dejará de ser eventual, desfilarán las prima donnas; no habrá vuelta de hoja ni siquiera para atajarla.

renzolautaro.rosal@gmail.com

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