Estando en Las Vegas, entre las maravillosas luces que nos encandilan llenas de fantasía, y los traganíqueles que emboban a miles de visitantes con la esperanza de ganar miles de dólares, no pude dejar de pensar en la cantidad de luz que gasta, incrementando así el efecto invernadero del calentamiento global, especialmente el día de Halloween.

Las Vegas, ciudad de Nevada, es también llamada “Ciudad de las Luces” por el derroche de luces en los casinos, hoteles y centros de entretenimiento que desborda el consumo de energía. Curioso notar que Las Vegas no tiene una fuente de energía que le abastezca y tiene que comprar energía de otros Estados en los que hay más producción de la que se gasta. Tan solo en el MandalayBay y Casino más importante de las Vegas —por donde ocurrió la reciente masacre— se gasta 10 mil veces más energía que la de una casa de clase media.

Estando en Las Vegas se me vino la masacre ocurrida en octubre del presente año. Al preguntarle a una joven de una tienda sobre qué pensaba si había sido un solo asesino o varios, su rostro se desfiguró no queriendo hablar del asunto. Quizás fue un mecanismo de defensa de la chica. Así que todo sigue siendo un misterio. Unos dicen que las balas llegaban no solo desde la habitación del hotel, sino que venían desde un helicóptero. Donde quiera hay gente loca.

Dejé la “Ciudad de la Fantasía” o “del Pandemonium”, como yo la denomino, y llegué a un lugar esplendoroso y límpido, el Gran Cañón. Esta maravilla de la naturaleza está a unas cinco horas por tierra de Las Vegas y ofrece un paisaje que data de 200 millones de años. Esta obra de arte nos embelesa con panoramas espectaculares, como pintados en oleo; es un lugar de esplendor declarado como una de las maravillas del mundo.

El Gran Cañón se encuentra en el Estado de Arizona y mide 277 millas (446 kilómetros cuadrados), con una altitud de 2,072 metros sobre el nivel del mar en la periferia. Es el mejor ejemplo del mundo de la erosión, con rocas que fueron depositadas en mares calientes y de poca profundidad. Allí encontramos sedimentos marinos y terrestres, incluyendo espécimenes fósiles de un desierto extinto. Las montañas emergieron hace unos 75 millones de años, donde se crearon las Montañas Rocosas hacia el Este. Caminar en sus senderos puede llevar desde todo un día hasta varios días o semanas, que requerirán dormir en tiendas de campaña. Sin embargo, los permisos para acampar no son fáciles de conseguir y en ciertos meses toca esperar hasta un año.

Me llamó mucho la atención que también existen caminatas de aventura de dos horas por cuatro kilómetros, con mulas que nos pueden llevar por los senderos hacia el East Rim del Cañón (parte oeste). También están los senderos que nos llevan hacia el Rancho del Fantasma (The Phantom Ranch). El descenso hacia el Bright Angel Trail (el Sendero del Ángel Brillante) es de 10.5 millas en un trayecto de cinco y media horas realmente fabuloso, pues contiene real aventura.

Mientras tanto procuro acá descansar de toda la politiquería y locura que se da en mi bella Guatemala; desde los casos de corrupción, robos, extorsiones y delincuencia hasta lo que se traba en el Congreso. Aún así, amo mi país, y les cuento que me hizo falta el fiambre. Eso sin contar la gente chapina que trabaja para hacer una Guatemala mejor. Seguiré mi trayecto por unos días hacia la Ciudad de Sedona, que promete ser muy espiritual y mística, y luego viene Phoenix. Por allí veré qué más descubro para compartirles. Mientras tanto, sintonicen este domingo Los secretos mejor guardados de Estrasburgo, Francia, por Guatevisión, a las 2.30 pm.

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