REGISTRO AKÁSICO

Denuncia veraz y muy creíble

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La caída del payaso es graciosa. Se marcha sin parar, con paso de ganso sobre el trampolín o con dirección a la piscina, al caer al agua, se mantiene la escuadra de la pierna y el brazo. Es divertida. Tan es así, que Barbazul decidió hacerla para enamorar a Nora cuando fue citada en la residencia. Naturalmente, estaba desnudo para hacer más cómicos el clavado y la atracción.

Cuando se publicó la gracejada fue evidente que tanto el bufón como la citada son descubiertos por otros involucrados. La confidencia está hecha. Las constancias se convierten en futuros elementos de convicción. Todo está grabado en las cámaras de seguridad, los nombres apuntados en los libros de acceso, así como los guardias, hombres y mujeres, podrían dar testimonio del hecho. Se conoce el episodio en la oficina pública desde donde le ordenaron acudir a esa comisión que iba a terminar entre los olores tóxicos de la piscina parecida a un bar sin trapear por varios días. ¡Raro! los ajenos a responsabilidad alguna no se manifiestan.

Curiosa situación. La agraviada prefiere el privilegio de acceder al búnker zona 13, en lugar de protección de las oficinas gubernamentales de persecución del delito. Sale a la calle sin temor a que una agresión en su contra pueda cometerse por los miles de mareros que pululan en la ciudad. Todo por culpa del Ministerio Público, en especial la fiscalía especializada incapaz de evitar la violencia contra la mujer. Pero, eso sí, la Fiscal General es muy sagaz, en cualquier momento, como un rayo, podría caer sobre el sátiro.

Allí no termina todo. Resulta que el Conde Barbazul tiene la complicidad como celestino de un viceministro del reino, sin desenmascarar. Esta vez, con Rebeca, la payasada consistió en ocupar una cama en un lugar de la zona 14. Nuevamente, totalmente desnudo, acostado en una cama, se hizo el dormido cubriéndose con una sábana que dejaba afuera solo su nariz, hasta la llegada de la incauta. Entonces levantó la sábana por los aires y tomó una copa de vino, exclamando: “tararán…” Seguro lo había practicado con las diez chicas que celebraron una fiesta a continuación de esa seducción tan fina y encantadora. En la reunión no había vices, sino se realizó a nivel ministerial.

La pobrecita no ha renunciado a su empleo público porque tiene que sostener los estudios universitarios de su hermanito. Ahora que se reveló el episodio, todos los autores la identifican, además temen por la existencia de un video de los hechos, tomado por el celular de la violentada. La víctima se siente segura, pues los hogares del reino jamás son allanados. Conoce que goza de total seguridad en calzadas y plazas, más que en un país nórdico. Mientras calle no tendrá problemas, en ese reino el respeto a la ley es absoluto.

Además, Barbazul mantiene a esas decenas de empleadas públicas en apartamentos de la zona 10. Todos custodiados por empleados de su seguridad. Tienen las cerraduras con tarjetas que, si se introducen una vez, quedan anuladas y marcadas. Barbazul las revisa todas las semanas para observar que las llaves no se han manchado. Quien haya profanado la cerradura sufrirá un castigo ejemplar. Todos callan, nadie denuncia.

Antes de Barbazul había un conde que tenía un barco llamado Odiseo y celebraba orgías en el Caribe. Otro marqués zacapaneco tuvo fiestas con ciudadanas provenientes de Rusia en el Lago de Izabal. Los más ignorantes caballeros saben que en cualquier despedida de soltero se puede contratar profesionales del sexo, con o sin servicio. Solo el tacaño Barbazul busca laborantes del Ejecutivo. ¡Son su debilidad!

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