EDITORIAL
Ciudadanía ejecuta jornada de depuración
Los comicios del domingo último exhiben un cambio generacional en la ciudadanía, pero también un refrescamiento de expectativas, una decidida demanda cívica de coherencia entre discursos y acciones públicas, así como un agotamiento del malsano modelo clientelar de varios períodos. Si bien el oficialismo obtuvo, según datos preliminares, alrededor de 40 diputaciones, la exigencia sobre estos y todos los congresistas será mucho más intensa. El pacto oficialista recibe un golpe certero con el final de varios de sus aliados actuales y potenciales.
Aunque falta el informe final del Tribunal Supremo Electoral, se prevé la desaparición de varios partidos por no llegar al 5% de votos ni haber ganado un escaño. Eran más bien cascarones electoreros, viejos o nuevos. Entre ellos destaca FCN-Nación, de Jimmy Morales, quien aspiraba a una curul en el Congreso y cuyo hermano Sammy Morales buscaba la presidencia. Recibieron un rotundo no de la ciudadanía. También se van al cementerio político el Partido Republicano, fundado por el exministro de Desarrollo de Morales, Carlos Velásquez Monge, y el de Integración Nacional, del exabogado de Morales. Además, Humanista, Movimiento para la Liberación de los Pueblos, Prosperidad Ciudadana y Unión Republicana.
Después de una prolongada languidez se marcha también el Partido de Avanzada Nacional, que era el más antiguo hasta ahora, fundado por el fallecido expresidente Álvaro Arzú y del cual fue diputado el presidenciable de Vamos, Manuel Conde, quien quedó en tercer lugar en la competencia presidencial. La publicitada estrategia de cortejar a 200 alcaldes y destinar más de Q6 mil millones para obra clientelar se exhibe hoy como disfuncional.
La llegada a segunda vuelta de Bernardo Arévalo, de Movimiento Semilla, constituye la sorpresa política de esta elección. Su ascenso podría obedecer al descontento generado por una cadena de sucesos que avivaron el escepticismo de los votantes: exclusión de participantes, desidia del TSE para sancionar el uso propagandístico de recursos públicos, la débil, por no decir inexistente, auditoría del origen del fondos de campaña no reportados pero a todas luces utilizados, lo cual abrió paso a narcofinanciamientos.
En el balotaje se medirá contra Sandra Torres, de la Unidad Nacional de la Esperanza, quien llega a esta instancia por tercera ocasión y sobre quien pesa un fuerte antivoto. En los dos procesos anteriores parecía ser la némesis de ciertos conservadurismos que ahora, tal vez, lleguen a tocar a su puerta, quizá por la vía de su vicepresidenciable. En todo caso debe prevalecer el debate sano entre las dos opciones y evitarse la polarización.
El voto nulo, que alcanza más de 850 mil sufragios, constituye una protesta silenciosa, aunque elocuente, que potencia su dimensión si se le asocia con alrededor de 350 mil votos en blanco. Casi 1 millón 200 mil sufragios que soy mayoría en cifras, pero cuyo valor se descuenta del total. No es un caudal despreciable y podría ser decisivo. Sin duda alguna ambos candidatos intentarán cortejarlo.
La alcaldía capitalina volvería a quedar en manos de Ricardo Quiñónez, por una diferencia bastante cerrada y con un concejo municipal más exigente, pero esto deberá dilucidarlo el TSE al concluir la etapa de las impugnaciones. Hubo relevo en comunas como la de Villa Nueva y de Antigua Guatemala.