EDITORIAL
Justicia para Génesis y cientos de menores más
El 2022 arrancó con inenarrable horror en el país, debido al brutal asesinato de la niña Génesis Ixcajop, de solo 7 años, en Ciudad Peronia, Villa Nueva. Fue encontrada enterrada en una casa cercana a su vivienda. Son señalados como presuntos hechores los hermanos Geovany, Luis y Jairo Chamalé, a quienes vecinos pretendían linchar tras el hallazgo. En su primera declaración, uno de ellos señaló a otros individuos, lo cual agrega confusión a las circunstancias del hecho.
El repudio generalizado acrecienta la necesidad de una investigación técnica, pronta y eficaz por parte del Ministerio Público y la Policía Nacional Civil para aclarar si hay más involucrados y aportar sólidas pruebas para aplicar sentencias ejemplares. Debería considerarse incluso la integración de una fuerza de tarea específica. No obstante, es necesario reconocer que las agresiones contra menores de edad son un extendido flagelo. En el 2022 se reportaron al menos 127 casos de menores asesinados, pero además hay cientos de denuncias de violencia física, psicológica y sexual en contra de niños y adolescentes. Se puede agregar, como dato elocuente, que el año pasado se registraron más de mil 400 casos de embarazos en menores de 14 años, lo cual denota la persistencia de violaciones a niñas.
El 18 de enero del 2021 fueron localizados los restos de la niña Hillary Saraí Arredondo, de 3 años, en Tiquisate, Escuintla. Se denunció su desaparición un día antes y uno de los implicados confesó en dónde estaba el cuerpo y delató a dos cómplices. Los tres fueron condenados a largas penas de prisión el 21 de octubre del 2022, es decir, el proceso llevó casi 22 meses, a pesar de las evidencias en contra, lo cual denota la lentitud del sistema de justicia.
Existe otro caso que exhibe la parsimonia procesal: el asesinato de Sharon Figueroa, de 8 años, quien fue secuestrada mientras jugaba frente a su vivienda, en Melchor de Mencos, Petén, el 9 de febrero del 2021. Su cuerpo fue hallado con señales de violencia. Pocos días después fueron capturados dos sospechosos, que habrían matado a la niña por una venganza. Sin embargo, el juicio comenzó más de un año después, en junio del 2022, pero en septiembre el proceso se suspendió y deberá repetirse debido a la desintegración del tribunal. No se sabe cuándo comenzará el nuevo debate. La Corte Suprema de Justicia debería inquirir sobre esta dilación e incluso debería analizar la creación de un tribunal de alto impacto para crímenes contra la niñez.
A nivel familiar se debería dialogar el tema de la violencia, examinar sus causas, pero no para justificarla, sino para repudiarla en todas sus formas. Pero esto comienza, por supuesto, con el ejemplo en casa, en el trato entre cónyuges y de padres a hijos. También se debería impulsar a nivel escolar una cultura de prevención de toda forma de agresión y delito, para crear conciencia en la niñez y juventud sobre sus derechos y obligaciones. No obstante, ninguno de estos dolorosos sucesos debería ser utilizado para la propaganda de nadie. Es lamentable el intento de aprovechamiento politiquero del caso Génesis por parte de figurones que no tuvieron el valor de pronunciarse por casos similares anteriores, pero que ahora a las puertas de un proceso electoral aparentan tener convicción, interés y empatía por esta temática. Hasta piden la pena de muerte, como una estéril letanía populista, pese a saber la inviabilidad de su aplicación. En realidad, buscan audiencia, posicionamiento y viralidad, fingiendo una falsa preocupación.