EDITORIAL

Riesgo narco precisa de abordaje coherente

Municipios fronterizos y costeros se han visto expuestos a repetidos intentos de copar gobiernos municipales por parte de carteles del narcotráfico que incluso llegan a rivalizar por tal predominio. Esto genera riñas, a menudo subterráneas pero que tienen vasos comunicantes entre regiones del país. En algunos casos esta búsqueda llega a abarcar a diputados y jueces venales que actúan de manera ambigua y a veces con notoria parcialidad hacia determinados casos de detenidos por trasiego de estupefacientes y portación de armas. En otras palabras, son subrepticios traidores a sus cargos, al llevar agendas ocultas debajo de apariencias de corrección e incluso invocaciones a Dios, lo cual evidencia su nulo respeto a sus leyes y menos aún a las terrenas.

Hace menos de dos semanas se suscitó una brutal balacera durante un desfile hípico, la cual empañó el inicio de las Fiestas Julias de Huehuetenango. Tres fallecidos dejó la refriega y también cuatro detenidos, cuyo proceso judicial debería ser fuertemente monitoreado, ya que con frecuencia estos litigios van quedando acumulados en el olvido. También se dan casos en los cuales un juez los liga por delitos menores en aparentes “confusiones” o bien les brinda arresto hospitalario, aunque no tengan mayores antecedentes médicos, situaciones relativistas que suelen evitarse e incluso corregirse al ser expuestas públicamente.

Es obvio el fondo de la balacera: rivalidades, exacerbación de ánimos, ajustes de cuentas o simples demostraciones de poder armado entre integrantes de mafias. A veces son elementos de mediano o bajo rango, pero que exponen a la población inocente a ser víctima de balas perdidas: todo un preludio de lo que puede ocurrir si hay impunidad.

Ayer fue inaugurado, dentro de una fiscalía, un nuevo juzgado que se encargará exclusivamente de tramitar con celeridad órdenes y diligencias específicas de narcotráfico. La expectativa es que exista mayor agilidad en el combate de estos grupos. En varios municipios limítrofes fueron electos o reelectos alcaldes señalados de nexos con mafias de narco, contrabando y trata. Pero las pesquisas suelen ser difíciles y lentas.

Por años se cuestionó la idoneidad del diputado Armando Ubico, electo con el partido Todos. Estuvo preso en EE. UU. entre 2003 y 2005, tras confesar cargos de narcotráfico. Pese a tales antecedentes fue inscrito y fungió como congresista. Este año intentó ser reelecto con el partido Nosotros, pero se le denegó la inscripción porque el MP comenzó un proceso de antejuicio debido a que EE. UU. pidió su extradición, al señalarlo de proteger cargamentos de droga. La Corte Suprema de Justicia le retiró el antejuicio el 14 de junio último. Más de un mes después, todavía no se sabe siquiera qué juzgado definirá su extradición, pero no se escucha que el MP presione para agilizar el caso, al menos no con la misma vehemencia exhibida en otros.

Cabe recordar que, de no haber sido detenido en EE. UU. en 2019, Mario Estrada probablemente habría competido como candidato presidencial del extinto narcopartido Unión del Cambio Nacional. Aún purga prisión confeso de narcotráfico. Manuel Baldizón, expresidenciable de Líder, intentó ser candidato a diputado del partido Cambio, pero su inscripción fue denegada por el TSE, por falta de idoneidad, debido a que estuvo encerrado en una cárcel estadounidense tras su confesión, también en 2019, de haber lavado activos provenientes del narcotráfico.

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