EDITORIAL
Saludable crecimiento
La riqueza de Guatemala no solo es natural, arqueológica, histórica y multicultural, sino además intelectual, técnica y científica. Dicho sea esto a propósito de la más reciente actualización del llamado turismo médico, que no solo ha mantenido una tendencia de crecimiento, sino que ya marca áreas de sumo interés para la prestación de servicios clínicos especializados.
La principal ventaja competitiva radica en los precios de tales tratamientos, que en otras latitudes se ven multiplicados a causa de la oferta y demanda o el costo de vida, pero que acá, por efecto del tipo de cambio, resultan más favorables y con una calidad de nivel internacional, alta tecnología, diversidad de especialidades e incluso la calidez de trato de los guatemaltecos.
Según la Comisión de Turismo de Salud y Bienestar de la Asociación Guatemalteca de Exportadores (Agexport), los servicios de odontología son los que motivan el 40% de visitas de turismo de salud, seguidos por la medicina preventiva, ortopedia y cirugía bariátrica, es decir aquella mediante la cual se busca reducir de peso y masa corporal. No faltan los servicios cardiovasculares, la atención a personas con problemas de ojos y la atención estética, sobre todo en dermatología.
Todo este campo representó US$84 millones durante el 2019, lo que abarca aspectos como la hotelería, paseos recreativos y gasto en adquisición de artesanías o consumo de alimentos, con lo cual cabe proyectar mayores posibilidades de expansión mediante campañas más asertivas y constantes en países y regiones claves. Aunque la gran mayoría de visitantes de este tipo provienen de EE. UU., Canadá y Centroamérica, también llegan pacientes de Bulgaria, Croacia, India, Singapur, Tailandia y Malasia, lo cual deja entrever nuevamente mayores perspectivas de expansión.
Existen otros campos de interés para estimular un mayor crecimiento de visitantes a Guatemala, entre los cuales el más desperdiciado es el componente ecoturístico. Si bien hay numerosas atracciones y una buena cantidad de extranjeros llegan al país para conocer icónicos sitios arqueológicos, cabe señalar que hasta la fecha menos del 10% de esa riqueza ha sido estudiada, restaurada y dispuesta para facilitar el acceso de turistas, lo cual incluye medidas de seguridad adecuadas, vías de acceso en buen estado y materiales instructivos modernos que enriquezcan la experiencia del visitante.
Otros tipos de turismo no tradicional ya se han revelado como verdaderas vetas de desarrollo comercial, empresarial e incluso comunitario, además de ser fuente de potenciales empleos, fijos o temporales, directos e indirectos. Estos campos en los que Guatemala puede tener también sano crecimiento son el turismo de bodas, el de convenciones y eventos, así como el de relajación corporal y espiritual, los cuales pueden apuntalar una nueva evolución nacional basada precisamente en el talento de sus habitantes, en su afán de excelencia y en su proverbial amabilidad. Pero todo parte de un principio muy sencillo: hacer cosas diferentes permite esperar y lograr resultados muy diferentes.