SI ME PERMITE
El cariño más que un afecto es un buen apoyo
“El amor más fuerte y más profundo no es el que sube desde la impresión, sino el que desciende desde la admiración” Santa Catalina de Siena
En la diversidad de maneras con las que se festeja el Día del Cariño debería buscarse más que una celebración, una manera de vida que esté constantemente acompañada con el cariño que vivifica las relaciones, y por encima de muchas diferencias, que destaca el aprecio que se tiene a la persona.
Para poder llegar a un modo de vida de cariño, lo importante no es a quién copiamos, sino cómo hacemos para cultivarlo, para que esto sea un modo progresivo y gratificante, cada vez que se tome el tiempo para recordarlo.
Entendemos que la originalidad en toda celebración es un valor agregado, no por las sorpresas que puede conllevar, sino por la creatividad que se muestra en el modo de expresarla.
Las relaciones entre personas que se aprecian y se aman, y los elementos comerciales con los que se recuerdan ciertas fechas, no tienen que influir y mucho menos determinar el modo o las cosas con las que expresamos el aprecio a la persona.
Situaciones económicas pueden condicionarnos muchas veces para que podamos hacer lo que nos gustaría hacer, pero si sabemos relacionarnos correctamente, tendremos la manera de superarlo, sin tener que acudir a gastos más allá de nuestra capacidad.
Es muy interesante observar cómo la mente humana registra ciertas celebraciones, o bien algunas atenciones que no siempre se recuerdan por el hecho de que la persona supo hacer o decir algo que queda marcado por mucho tiempo.
Claro está que vivencias como estas no son las que se improvisan para salir del paso, sino todo lo contrario, son los hechos que se planifican y se calculan, de tal manera que quedan grabadas en la memoria de aquellos que recibieron nuestra atención.
Deberíamos, para fechas como estas, saber cómo compartir el cariño y las atenciones, para que estas sean como bálsamos y medios por los cuales no simplemente conservamos las relaciones, sino que las mejoramos, para que tengamos un criterio de progresión, lo cual dará todos los criterios de vida no rutinaria, sino de avance gratificante.
Lo acelerado de las relaciones y la superficialidad de las comunicaciones pueden ser la oportunidad para mejorarlos, si hemos tomado el tiempo de evaluar el estado de nuestra relación presente y detectar las áreas que debemos mejorar, no como es la costumbre, reclamar por lo que los otros no hacen, sino todo lo contrario, sin esperar nada a cambio ver cuál es la manera para tener un momento muy especial donde la persona amada sabe que se le está dando el tiempo y el espacio que se merece, para que después los regalos o agasajos tengan un valor adicional y no el objetivo último.
Cuando uno sabe que siempre cuenta con la persona amada, a pesar de las opiniones y las apariencias, dice mucho.
Muchísimas veces, un simple cruzar de miradas y una sonrisa que se dibuja en el rostro de alguien puede ser mucho más valioso que las cosas que hagamos para expresar el cariño que sentimos por las personas.
En estos días, antes de gastar y planificar, lo ideal sería un momento de análisis y evaluación de las relaciones, para que lo demás tenga una perspectiva de gratificación que se añada para el resto de la vida y que habrán de compartir los que se aprecian y se aman.