MACROSCOPIO
El Eterno clamor por la tierra
Definitivamente Guatemala se encuentra en este momento en una encrucijada, en la acepción de la Real Academia Española, que dice: Situación difícil en que no se sabe qué conducta seguir. Por supuesto que no se sabe, no existe una política de Estado para hacer producir lo ya repartido, que sería la verdadera y efectiva reforma agraria.
Grupos apuestan a la educación y otros la bloquean, otros tienen como objetivo el desarrollo y otros lo impiden por la fuerza, y la verdad es que las metas que un día se trazaron para colocarnos entre los 10 países de América Latina con más altos índices de desarrollo humano y de progreso, sencillamente se vieron frustrados por conceptos erróneos y objetivos de políticos corruptos, de gobiernos pusilánimes que siguieron permitiendo actos al margen de la ley.
Desde 1954 a la fecha se han repartido más de dos millones de hectáreas de tierra, gobierno tras gobierno, vieron una solución por la vía de la repartición de tierra, repartición que se llevó a cabo por medio del poder coercitivo del Estado. Como resultado, en vez de mejorar, la pobreza aumento, se destruyeron unidades productivas de gran envergadura y nunca se recuperaron los ingresos que tenía en país como resultado de los impuestos que pagaban muchas empresas, y más aún, los sueldos de los trabajadores decrecieron , para los que de alguna forma siguieron empleados, mientras miles sencillamente ya no tuvieron ingresos, lo repartido tiene más de un 70% de deserción. ¿Entonces seguirá esa repartición inútil?
Hay que resaltar un dato, lo repartido a la fecha es en millones de hectáreas, mucho mayor que el área de las siembras a las que se acusa de latifundios. Si sumamos lo cultivado de caña, de café, de hule, de cardamomo, de banano, de plátano y de pastizales, no se llega al millón de hectáreas. Por supuesto, los grupos que siguen empecinados en la Reforma Agraria de decreto 900 de los ideólogos de Árbenz, José Manuel Fortuny, Alfonso Bauer Paiz, Alfonso Martínez Estévez, Carlos Manuel Pellecer, que fueron quienes manejaron al presidente, pues él no tenía más en la mente que expropiar a las fruteras, que en su mejor época llegaron a tener nada más el 11% de las tierras aptas para ese cultivo, el resultado es hasta la fecha desastroso, grandes aéreas de cultivo fueron destruidas y parte de ellas son maizales que no dejan ni para la subsistencia.
Desde luego, la mentira sigue siendo el común denominador de los que promueven las invasiones; por ejemplo, oí decir a un líder campesino: En Sayaxche, la selva se había talado para sembrar palma, le pregunté ¿Usted conoció de aquí hasta el Altar de los Sacrificios hace 40 años? ‘Ante su respuesta negativa, le conté que todo eso eran enormes áreas de la palma conocida como corozo y no había tal selva, ahora hay palma aceitera, la cual genera empleo y beneficio para la población,
Al final esa política agraria sigue causando los niveles de subdesarrollo que la izquierda necesita para que cale su discurso. Hoy vimos las dramáticas cifras que nos presentan los analistas, dos de cada 10 empleados aportan al IGSS, 70% está en la informalidad, de los cuales el 80% está en el subempleo y la explosión demográfica sigue causando innumerables cambios y ajustes sociales que presionan cada vez más sobre nuestros recursos naturales, en 40 años hemos cuadriplicado la población, lo que ha causado la pérdida de grandes extensiones de bosques y cada día se incrementará, inútilmente, el eterno clamor por la tierra
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