SIN FRONTERAS
El valiente ¿arrepentido?
El hombre se ve resuelto en ser un auténtico valiente. Que nadie le acuse en la vida de ser gallina. El presidente, en las causas que conmueven a su corazón, actúa con firmeza. Atiende a esos llamados, que lucen vanos y vacíos, cuando carecen de un sustento humano: “cuando la patria os lo reclama”, “a vencer o a morir llamará”. En un solo amanecer, logró el cariño de las más altas castas de la ciudad. Y lucha junto a ellos —o al menos eso cree— en su proyecto común y adorado: “La Guatemala linda, la Guatemala feliz”. En ese empeño, se pone de contraste a lo mejor que ha pasado al país en mucho tiempo: funcionarios determinados en perseguir mafias corruptas adentro del país. Hoy, al presidente lo vemos cómodo y acompañado. Pero pronto su vida girará hacia una nueva lid: los sinsabores de la soledad, al término de su mandato; cuando cese de ser provechoso. Y si eso sucede –como suele suceder-, pronto habrá de iniciar una nueva etapa tortuosa. El camino del utilizado, que ya en soledad, habrá de responder por las acciones que tomó.
En esas acciones, el presidente no solo lleva línea contraria a lo que una enorme parte de la sociedad demanda; además, el hombre lleva esa línea, sin mayor reparo, a nivel internacional. Qué colorón el que se echa en Naciones Unidas, el máximo órgano de diplomacia mundial, al enviar a su canciller a insistir en una agenda agotada. ¿Acaso en sus cercanías, no hay asesor que se atreva a explicarle que adentro y afuera, a él se le percibe como un instrumento de las mafias? ¿Y que, con noticias que hace circular a nivel global, como la de sus millonarios lentes de colección, y sus sobresueldos ocultos, a él también se le percibe como un corrupto? ¿A quién se le ocurrió en Cancillería negar la existencia de la reunión que tendría la canciller Jovel con el secretario Guterres? ¿No hay nadie ahí que intuyera que Naciones Unidas no sería cómplice de su mentira?
El presidente ha cavado un hoyo del que quizás sea imposible salir. Los ciudadanos podemos observar que, casi en su totalidad, el periodismo nacional pone atención a la agenda anti-impunidad y corrupción. Pero las fuerzas aludidas que él protege, han decidido contrarrestar poniendo en marcha batallas en redes sociales. Algún político enajenado, incluso habrá llamado a cortar cabezas de los comunicadores. Pero se pregunta uno si en verdad creerán que decisiones globales, como el respaldo resoluto a la CICIG de don Iván Velásquez, podrían variar por lo que opinen algunos cuantos en Guatemala. ¿Será posible que estas fuerzas no sepan que, por ejemplo, en las embajadas radicadas en nuestro país, existen eficientes oficinas que llevan medición precisa de la situación nacional? Y es que, cuando el mismo Secretario de Estado, Rex Tillerson, hace alusión directa a la continuidad de apoyo a CICIG en Guatemala, se da cuenta uno de que ¡oh sorpresa!, sí le prestan más atención a la información que proviene de sus propias embajadas a lo que puedan decir los gobiernos de países corrompidos, o lo que proviene de algunos “net centers” a salario.
Cuando uno escucha a los funcionarios alineados con el combate a la impunidad y corrupción, todos coinciden en afirmar que este es un camino sin retorno. Sin duda, han recibido apoyos internacionales de enorme peso político. Ante eso, los capitales tradicionales en el país habrán de decidir sus posiciones. Y tienen a su favor fortunas generacionales y apoyos gremiales que les favorecen. Los políticos de turno, sin embargo, sin roce ni linaje, no alcanzarán el cobijo de una estirpe excluyente, a la que jamás pertenecerán. ¿Llegará entonces finalmente una reflexión? ¿Un arrepentimiento, una disculpa, por haber puesto tanta valentía para machucar el futuro de tanta gente que lo votó?
@pepsol