REGISTRO AKÁSICO

En la majada se aplaude con frenesí

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Se juntan como los fariseos, grandes reuniones de treteros, taimados y bellacos. Las declaraciones del diente al labio se califican de verdades irrebatibles, mientras se cierran los ojos ante actuaciones discutibles e interesadas. Se olvidan antecedentes molestos para alabar falsas virtudes. Se piensa al revés. Se prefiere el ardid a una propuesta clara y directa. Por eso, se repite una y otra vez, el fracaso de la política.

Con cifras del 2016, el segundo comprador del país fue El Salvador; se le vende US$1,204 millones. Además, es el cuarto abastecedor de mercancías; se le compró US$902 millones. Pero cuando se planifica efectuar una carretera de cuatro carriles, se construye con dirección a México. A la federación mexicana se le vende US$458 millones y se le compra US$1,942 millones, aparte del contrabando equivalente a lo trasegado legalmente.

¿Cómo iba a estar bien el negocio con Odebrecht? En lugar de mejorar la relación con un socio basado en la reciprocidad, se opera en función de favorecer a quien se beneficia sin miramiento. Alejos, Pérez, Baldetti y Sinibaldi sangran al país.

Tanto a Guatemala como a México les conviene incrementar su relación comercial y financiera, aparte de la natural amistad entre las poblaciones a ambos lados de la frontera. Pero, necesita de la regulación basada en la reciprocidad y beneficios compartidos. Crear problemas al fomentar la competencia desleal, el trasiego ilegal de mercancías y la operación de negociantes de drogas clandestinos, es francamente patibulario.

El descuido del transporte masivo de personas es monumental. No se trata de acumular camionetas en la capital, sino de constituir un sistema en las principales ciudades, interciudades y los pueblos de las cercanías. En las cabeceras departamentales donde los solares son baratos, no se construyen estaciones terminales. Los extraurbanos se concentran en los parques con el griterío de los zafios, los empujones para encaramar bultos y los cobros arbitrarios. Los tuctuqueros salen con pasajeros a carreteras llenas de hoyos.

El exvicepresidente Espada, asesorado por su consorte declarada opositora a los productos genéricos, obviamente para favorecer a los traficantes de medicinas de marca, afirma que el Transurbano era una buena solución. Después no le gustó. Ese proyecto fue supervisado por el expensado secretario privado de la presidencia Gustavo Adolfo Alejos Cámbara y operado por el señalado autor del delito prescrito, Luis Gómez. La actuación gubernativa fue concretada y el convenio suscrito por el entonces ministro Alfredo Rolando del Cid Pinillos, obviamente en cumplimiento de una regulación legal. Se echa culpas al funcionario que le precedió, Juan Alberto Fuentes Knight, que también actuó en el marco legal. Solo falta que agarren a garrotazos a la computadora y lleven el escritorio a Pavoncito, por participar en la podrida decisión neoliberal sobre el transporte.

Los libertarianos prescriben como ejecutores de proyectos a los empresarios. El Estado es mal administrador, nos dicen. Por lo tanto, entréguese el dinero a los que saben del negocio, prescriben. Los socialdemócratas han caído en la trampa, aquí y en Europa. La privatización demuestra una codicia desbocada, una baja eficacia y el reparto ilegal de coimas a unos funcionarios colocados estratégicamente.

Ganó la perfidia al purgar a un relevante líder de izquierda. Ahora la pose viciosa. Los oportunistas se fríen crocantes con sus viejas políticas, líderes sindicales blancos e indígenas permitidos, para avanzar con su candidata y magistrados endiosados.

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