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Exijamos cambios útiles a la LEPP

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A pesar de las exigencias del pueblo, que pide con urgencia un cambio en la manera de elegir a los diputados al Congreso de la República, la Comisión de Asuntos Electorales se resiste a abrir los listados y crear subdistritos. El válido argumento ciudadano es que los diputados no están representando verdaderamente los intereses de la población y eso hay que cambiarlo.

El diputado Mario Taracena, de la UNE, presentó un rollo de al menos cinco metros de largo para demostrar la “inoperatividad” de cómo sería una papeleta para emitir el voto, si se aprobara la votación nominal. La simpática idea del legislador parecía un rollo de papel toilette con las fotos y nombres de cada uno de los candidatos, argumentando que es ¡Una misión imposible!

Claro, ¡imposible y muy conveniente! Sobre todo para el gremio del Legislativo y los partidos politiqueros que carecen de toda ideología, valores y amor patrio; encima conformados por personas de dudosa reputación o clanes familiares, todos estos patrocinados con financiamiento ilícito, dispuestos a saquear al país sistemática e indiscriminadamente.

Es necesario que para realizar cualquier reforma se escuche la voz del pueblo y se corrijan las falencias del sistema actual. Haciendo posible lo imposible, y considerando que los métodos electorales deben expresar la complejidad de una voluntad masiva y no la conveniencia de los politiqueros de turno del país.

Los puntos vitales que le interesan a la mayoría de la población son:

1. Reducir el número de diputados a dos por departamento. Sin importar el número de habitantes, estableciendo un número máximo de 44 legisladores. La ventaja de este esquema es que los habitantes conocerán realmente a sus diputados y establecerán una línea de comunicación directa con ellos.

2. La elección a diputados debe ser nominal y no por bloque. —Aunque así Taracena necesite un fardo de rollos de papel para llevar a cabo los comicios—.

3. Las elecciones a diputados y alcaldes deben ser dos años después de la elección del presidente y vicepresidente. —Esto con el objeto de que la población ponga la atención debida a este proceso, considerando la importancia del trabajo que realizan estas personas. Si bien es cierto que es un costo económico mayor, sería una excelente inversión que garantizaría la calidad en ambos procesos.

4. No debe permitirse la reelección para ningún puesto público. —Si en general, “el poder corrompe”, en un país como Guatemala, donde existen estructuras y controles frágiles, es necesario establecer muy claro los límites de los gobernantes para evitar la corrupción.

5. El financiamiento de los partidos deberá ser 100% estatal y no privado. Pero si fuese privado debería esclarecerse quiénes son los financistas y poner un techo máximo de contribución.

6. Establecer ciertos parámetros específicos que delimiten el perfil académico idóneo del candidato, la honorabilidad (que se reciban tachas con sus respectivas pruebas, antes de inscribir a una persona) y que hayan realizado un trabajo comunitario comprobable.

7. Es necesario fortalecer al Tribunal Supremo Electoral dotándolo con más recursos financieros y aumentar la fiscalización por medio de la Contraloría General de Cuentas (CGC). Necesitamos un TSE con dientes afilados y no una institución decorativa a la que nadie respeta. También es necesario modificar las irrisorias multas a los partidos políticos y cambiarlas por importantes cantidades de dinero que realmente les duela pagar cuando infringen las leyes electorales. A las tres multas, automáticamente estos partidos serán cancelados.

La ciudadanía exige que a través de estos cambios se le dé más participación y representación a los poderes locales.

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