FaroCae Kabul, ¿y Osama?

RODRIGO CASTILLO DEL CARMEN

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Ni los analistas más optimistas fueron capaces de pronosticar la rapidez con la que el poder talibán se desmoronaría. Los fanáticos musulmanes se encontraban acorralados por las fuerzas de la Alianza del Norte que, tras su fulminante toma de Kabul, avanzaron hacia el sur del país.

Los talibanes seguían intentando preservar su feudo de Kandahar mediante una caótica resistencia. El embajador talibán en Islamabad se ha ofrecido a los militares paquistaníes como una alternativa moderada al mulá Omar de cara a la formación de un futuro gobierno de coalición en Afganistán. Un signo claro del grado de desesperación de los talibanes.

El desmoronamiento del gobierno talibán abre las puertas para que Estados Unidos y sus aliados desplieguen sus tropas sin la timidez de hace unas semanas. El primer ministro británico, Tony Blair, anunció ante la Cámara de los Comunes que miles de soldados británicos están listos para desplegarse en Afganistán con el objetivo de garantizar la seguridad de la población a la espera de la intervención de la ONU.

La noticia se suma al anuncio del gobierno español al ofrecer engrosar las fuerzas aliadas con un contingente de hasta 2.000 soldados. La iniciativa del primer ministro inglés es positiva en cuanto su fin es evitar que la aplastante victoria de la Alianza del Norte derive en un baño de sangre. Está claro que si hay un despliegue de tropas británicas, habrá también uno de fuerzas norteamericanas, lo que podría avivar el fantasma de un nuevo Vietnam.

El avance de la oposición al régimen talibán, que recuperó en cuatro días el terreno perdido en cuatro años de guerra, tomó por sorpresa al mundo entero. Cuando se esperaba una fiera resistencia, la ciudad no cayó sino que fue entregada. Quien ahora la ocupa es una coalición de grupos étnicos, comandada por gente con un macabro pasado de atrocidades y peleas intestinas, que la mayoría de la población afgana y la comunidad internacional miran con temor.

La fórmula para el régimen que debe reemplazar al de los talibanes no está clara y la solución de los problemas de fondo: la captura de Osama Bin Laden y el desmonte de su red terrorista sigue tan lejana como al comienzo.

¿Qué sucederá ahora con Osama Bin Laden? Algunos especialistas opinan que puede refugiarse en cualquier otro lugar del mundo donde haya musulmanes. Pero también es posible que sea capturado, e incluso muerto en combate. Y si así ocurriera, habrá que hacerse otra pregunta: ¿será un nuevo mártir en la causa islámica?

No es la primera vez en la historia que surge un Bin Laden en el mundo mahometano. De hecho, Osama ha querido dotarse de un aura de profeta, como un Mahoma del siglo XXI, y su mensaje probablemente ha calado hondo entre las capas más desfavorecidas de la población. La religión islámica se presenta siempre a los ojos de los desfavorecidos como un instrumento de liberación, pero termina convirtiéndose, como bien sabemos en Occidente, en una herramienta de opresión contra los débiles.

Píldora de humor.- Después de la cena el esposo le dice a su esposa:

– ¿Sabes mi amor?, este año tengo ganas de llevarte a Hawai, como el año pasado.

– ¡El año pasado no fuimos a Hawai!

– Ya lo sé. Lo que quiero decirte es que otra vez tengo las ganas de llevarte.

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