FAROEl aniversario

RODRIGO CASTILLO DEL CARMEN

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Mientras el gobierno de Washington debate enérgicamente sobre una inminente acción militar contra Saddam Hussein, la gran nación norteamericana se prepara para conmemorar los hechos de la fatídica mañana del 11 de septiembre.

Tras los atentados de Nueva York y Washington la administración Bush ha venido preparándose para enfrentar un nuevo ataque terrorista bajo el supuesto de que lo que está en discusión no es si va a tener lugar, sino cuándo sucederá. Todas las ciudades del país están en un estado de alerta máxima, tanto en sus renovados sistemas de seguridad como en lo que respecta a la atención posterior a una posible gran catástrofe.

Uno de los posibles objetivos considerado con mayores probabilidades de ser escogido por los terroristas es Washington, ya que además de ser la sede del gobierno podría considerarse un blanco fallido en el pasado ataque.

También se ha determinado que los aeropuertos son lugares potencialmente vulnerables a la acción terrorista, por lo que están siendo objeto de un mayor control. Por esta razón fuerzas de diferentes agencias de seguridad han organizado redadas contra empleados ilegales que se encuentren laborando en sitios sensibles de las terminales aéreas, tales como la zona de embarque del equipaje. Estos operativos se han extendido incluso hasta la residencia de los funcionarios.

La Administración de Seguridad del Transporte está en proceso de revisar su programa de Air Marshal, ofreciendo salarios elevados y tentadoras prestaciones laborales para atraer personal entrenado de otros cuerpos de defensa a formar parte de esta fuerza de elite.

Las medidas que están tomando las autoridades han llegado al punto en que se confunde la seguridad con la paranoia, llegándose al extremo que se estudia la posibilidad de prohibir el ingreso de aviones procedentes de ciertos países para que ingresen al espacio aéreo de Washington, Nueva York y Pennsylvania durante el día miércoles 11 de septiembre.

El área metropolitana de Washington, integrada parcialmente por los estados de Virginia y Maryland, es el sitio de mayor concentración de agentes de seguridad, pues dentro de su perímetro tienen sede entidades como el Pentágono; uno de los objetivos del ataque del año pasado, así como los cuarteles generales de la CIA y el FBI.

Las agencias de investigación e inteligencia han estado sometidas a nuevos programas de entrenamiento con la finalidad de adaptarlas a los nuevos desafíos. Se sabe que el FBI ha estado capacitando a gran parte de su personal en técnicas antiterroristas y de lectura del lenguaje corporal.

Por su parte, la CIA busca en sus candidatos a quienes dominen otros idiomas, especialmente el árabe.

Píldora de humor.

-Un borracho entra a un bar y le dice al cantinero: ¡Cómo quisiera que todas esas botellas las lanzaran al fondo del mar! ¿Eres alcohólico anónimo? ¡No, soy buzo!.

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