FAROLa cuarta generación

RODRIGO CASTILLO DEL CARMEN

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La semana pasada fue nombrado secretario general del Partido Comunista Chino su actual vicepresidente, Hu Jintao, quien en marzo del 2003 asumirá también la presidencia de la nación más poblada del mundo. Con este cambio China está dado un paso trascendental en su historia contemporánea.

Hu Jintiao, un ingeniero hidroeléctrico de 59 años de edad, inaugura la llamada cuarta generación del único partido político chino, renovado hoy con figuras más jóvenes, muchos de ellos tecnócratas, formados en una era de inesperado desarrollo en una nación comunista que ha logrado abrirse al capitalismo y a la economía de mercado sin renunciar a sus viejas estructuras políticas y filosóficas.

Es una contradicción que trata de explicarse a través de la sabiduría práctica ancestral de los chinos.

El antecesor de Jintiao, Jiang Zemin, representante de la tercera generación, abrió recientemente las puertas del partido comunista a los otrora ?enemigos del pueblo?, los empresarios multimillonarios, aunque en lo político ha continuado sin cambio alguno el modelo hegemónico del partido único totalmente cerrado a un posible pluralismo.

Una vez consolidado en el poder Hu Jintao tendrá la responsabilidad trascendental de cambiar el rumbo de China hacia la apertura política y democrática. En cierta forma los cambios ya han comenzado a darse, pues es la primera vez desde la instauración del régimen comunista en 1949, que se lleva a cabo una sucesión de poder sin purgas ni asesinatos políticos.

El recién finalizado XVI Congreso del Partido Comunista fue llamado ?el cónclave del cambio?, pues hubo una renovación sustancial de sus miembros; ciento ochenta de los trescientos cincuenta y seis miembros del Comité Central son nuevos, y uno de cada cinco tiene menos de 50 años.

Es un gran desafío el que enfrentarán Hu Jintao y la cuarta generación. La principal duda que se tiene es hasta dónde un sistema político arcaico y esclerosado se adaptará a los cambios obligados que ha traído a China su apertura al mundo capitalista.

En cierta forma el camino hacia la modernización ha quedado proyectado en la teoría de las Tres Representaciones, del hoy ex secretario general del partido comunista, según la cual el partido debe representar a las ?fuerza vivas productivas avanzadas – expresión que para los analistas es sinónimo de capitalismo- a la cultura progresista y a los intereses del pueblo?. Términos muy opuestos a las erróneas y dogmáticas interpretaciones del marxismo.

La China que hereda Hu Jintao es una potencia en gestación que por un lado empieza a mostrar el esplendor del desarrollo económico, y por el otro muestra aún enormes disparidades en lo social y lo administrativo.

Píldora de humor.

-Señor presidente, ¿por qué ha destinado casi todo el presupuesto a las cárceles y casi nada para las escuelas?

-Porque a la escuela jamás iré, pero a la cárcel… quién sabe.

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