FAROTras el carnicero de Bagdad
A la Administración de George W. Bush no le parece el rechazo árabe y de otros gobiernos a sus planes para derribar a Saddam Hussein. Aunque a los occidentales nos parezca una actitud absurda, los vecinos de Irak se sienten seguros con el ?carnicero de Bagdad?, ya que representa una amenaza menor que un nuevo y desconocido régimen o que un régimen fundamentalista musulmán. Por otro lado, los iraquíes están más preocupados por conseguir alimentos y medicinas que por derrocar al dictador. A pesar de todo, el Gobierno estadounidense ha dejado clara su intención de derrocar a Hussein, a quien acusa de poseer armas no convencionales que constituyen un peligro para el Medio Oriente y el resto del mundo.
Irak está compuesto étnicamente por árabes, kurdos y turcomanos; y religiosamente, por shiíes y suníes. Sin un gobierno fuerte que lo mantenga unido es muy probable que se divida en tres naciones, ya que los kurdos siempre han deseado tener un país propio en el norte de Irak. Es posible que los shiíes, que constituyen el sesenta por ciento de la población, deseen hacer lo mismo en el sur, mientras el centro del país podría quedar en manos de los suníes.
Otra posibilidad es la toma del poder por parte de los fundamentalistas islámicos shiíes. Ello conduciría a una guerra civil y supondría una mayor amenaza que la actual para los vecinos de Irak, ya que los shiíes de Kuwait y Arabia Saudita podrían querer seguir ese ejemplo.
Las posibilidades de establecer una democracia en Irak no pasan de ser más que ilusiones. Para los iraquíes los defensores de un régimen democrático son totalmente desconocidos. Además, un régimen democrático podría resultar contagioso y poner en peligro los gobiernos prooccidentales de Arabia Saudita y la región del Golfo.
La opción estadounidense de invadir Irak y derrocar al dictador debe entenderse como una medida desesperada. Confirma que el derrocamiento de Sadam Hussein desde el interior de Irak por medio de una oposición dividida, sin objetivos y patrocinada por Estados Unidos, no ha funcionado.
Es difícil predecir el futuro de Irak y del resto del Medio Oriente, ya que no hay forma de especular acerca de los planes de la administración Bush tras el derrocamiento de Saddam. Lo único seguro en la actualidad es que Hussein al verse acorralado recurrirá al uso de armas prohibidas. En otras palabras, es posible que las consecuencias de una invasión estadounidense sean precisamente aquellas que Estados Unidos quiere evitar.
Píldora de humor.- El presidente Portillo le dice al embajador de Estados Unidos: – He sabido que el presidente Bush me quiere como asesor en asuntos del Medio Oriente.
-No, señor presidente. Lo que mister Bush quiere es enviarle a usted un asesor para que lo medio oriente.