LA BUENA NOTICIA

Gobierno de Morales, un desastre

Víctor M. Ruano

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Desde este rincón del planeta donde escribo, llamado por el poeta “La Nereida del Pacífico”, al ver el rostro y la realidad de campesinos y niños, de mujeres y jóvenes, constato la tragedia del pueblo guatemalteco, cuyo origen está en la corrupta dirigencia política de la que no escapa el gobierno de Jimmy Morales, y por lo que percibo, la situación no mejorará, pues siempre está en el lado equivocado. “No le atina”, dicen los campesinos de esta región. “El hombre en la luna”, dicen otros. Títere de roscas perversas y seguidor del excéntrico “faraón tuitero”. La última movida tirando pólvora en Medio Oriente lo demuestra.

Los ciudadanos, cansados del desastre de gobiernos anteriores y decepcionados de la clase política de los últimos 30 años, creyeron en sus buenas intenciones, aunque los críticos ya advertían de la carencia de un adecuado plan de gobierno capaz de relanzar el país hacia el desarrollo integral, sin partido fundado en principios éticos y políticos para garantizar la gobernanza, y sin gente revestida de “Capacidad, Idoneidad y Honradez” para servir a los empobrecidos, que son los que votan.

Se presentó como el paladín de una nueva generación de políticos con la intención de ejercer el poder de modo diferente y colocar al país en la ruta del desarrollo, de la transparencia y de la inclusión social. Cautivó su origen humilde y entre los pobres de este país; impresionó su ímpetu de lucha y trabajo para superarse, unido a la herencia ética de su familia; sedujo su condición de joven adulto portador de grandes ideales y outsider de la política criolla. Por eso logró la confianza de los ciudadanos, después del inútil gobierno de Maldonado Aguirre y del derrumbe de la mafia criminal y corrupta del gobierno de los “patriotas”, que reprodujeron con creces el modelo de los gobiernos anteriores, desde Cerezo hasta Colom.

Sus buenas intenciones quedaron solo en eso, dándole vigencia a lo dicho por san Bernardo de Claraval en el siglo XI: “De buenas intenciones está empedrado el camino hacia el infierno”. Las buenas intenciones quedaron ahogadas por una minúscula rosca de militares que nunca han amado al pueblo, por una “oscura oligarquía” que ha visto en el Estado un botín y en la explotación del trabajador un medio de enriquecimiento, por un grupo de fanáticos religiosos anclados en “la teología de la prosperidad”, haciéndole creer que es el “ungido” y enviado de Dios para la Guatemala de hoy, y por políticos tránsfugas, corruptos e incapaces que lo arroparon cuando el MP y la Cicig encontraron indicios creíbles de financiamiento electoral ilícito.

Confiando en ellos se lanzó al vacío, generando una crisis política sin precedente al declarar non grato al extranjero que vino a destapar la cloaca de corrupción e impunidad incrustada en el Estado, de la que se han servido malos militares y la codiciosa oligarquía, evangélicos protestantes y políticos infames. Ellos también lo empujaron a aliarse con el racista y xenófobo “faraón tuitero” del Norte, al tomar la torpe e irresponsable decisión de trasladar la embajada a Jerusalén, alimentando el conflicto entre palestinos e israelitas.

Esto explica tanto desacierto en estos dos años. Confrontación con el procurador de los Derechos Humanos y el comisionado de la Cicig; desaire hacia la jefa del Ministerio Público y la sociedad civil que luchan contra la corrupción e impunidad; ira contra la prensa independiente y tanques de pensamiento; indiferencia hacia la población, pues solo el 19% lo respalda; compromiso con las mineras, porque no le importa la conflictividad social, contaminación del ambiente y saqueo de los recursos naturales. Es que no le importa el país, sino defender a los corruptos y favorecer la impunidad, por eso su gobierno es una tragedia nacional.

victorr@hotmail.com

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