La incertidumbre aumentó en 2009

EDITORIAL OPINIÓN

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Este ha sido uno de los peores años para numerosos países. La crisis económica tuvo un gran impacto en varias economías del globo y fueron pocas las naciones que escaparon de sus efectos o que tuvieron una mezcla de comportamientos en sus diversos indicadores. Guatemala fue uno de los que experimentaron distintas etapas de la crisis, y eso se tradujo en una serie de altibajos que se convirtieron en buenas noticias para unos, y para otros, en motivo de preocupación.

 Aquí se ubica la depreciación del quetzal, que cierra el año con 8.42 por ciento menos de su valor ante la divisa estadounidense. Pero también la economía de cientos de hogares se resintió con una fuerte disminución en el envío de remesas que muchos guatemaltecos mandan desde EE. UU., algo que también ha tenido un fuerte impacto en el ámbito comercial, a lo que se sumó un creciente número de compatriotas deportados que agudizaron el drama en varias regiones.

 El sector de la construcción fue uno de los que más resintieron los efectos y quizá también sea el que más reflejó la pérdida de empleos. También fue evidente un cambio en la conducta de los consumidores; tanto estos como los acreedores mostraron su cautela: unos en la adquisición bienes y nuevas deudas, y otros, en el otorgamiento de créditos, que apenas llegaron a un 2.8 por ciento, algo que también se explica por el endurecimiento de las políticas bancarias, pero que redujeron en forma sensible el consumo.

 Muchos otros indicadores apuntan a un mejoramiento, como es el caso de las reservas monetarias, pero al final la sensación general del ciudadano de a pie es que fue un mal año, y que también lo ejemplifican las penurias con que la administración pública cierra este ejercicio, cuando en las vísperas de Navidad todavía se hacían aceleradas transacciones para pagar aguinaldos de miles de burócratas de Educación y Salud, lo que evidenció las dimensiones del problema.

 Sin embargo, algo que alienta a esperar que el 2010 pueda ser un mejor año para los guatemaltecos es el hecho de que nuestra economía es la única del Istmo que cierra con cifras positivas, ya que se estima que el crecimiento nacional se situará en un 0.6 por ciento, mientras que El Salvador cerrará con un -2.5 por ciento; Honduras, -2 por ciento; Nicaragua, -1 por ciento, y Costa Rica, con -1.5 por ciento. Cifras que sitúan en menos de la mitad los países de Latinoamérica que despedirán el 2009 con modesto crecimiento. Cerrar en positivo tampoco es garantía de buena salud, porque es un indicador de que sigue siendo insuficiente para generar bienestar.

El 2009 termina como uno de los años en que el país vivió uno de sus períodos de mayor incertidumbre, algo que se acrecentó con la frustrada aprobación de la reforma tributaria que el Gobierno central impulsó contra viento y marea, pero diversos sectores rechazaron y criticaron, por la escasa búsqueda de consensos con que se pretendió aprobar la iniciativa y porque tampoco había un genuino compromiso por transparentar el gasto público, algo que puede marcar la diferencia en el 2010.

Frases del día

“El gran problema es la percepción de la gente. Los guatemaltecos han sido tan engañados en tantos ámbitos que les cuesta creer que los gobiernos estén interesados en su bienestar. Las comunidades se quejan de no tener beneficios económicos”.

Magalí Rey Rosa,Ecologista
en opinión de la generación de energía renovable.

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