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La ley de la siembra y la cosecha

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El deplorable estado del sistema hospitalario nacional no es un problema nuevo, es un tema que cada presidente del gobierno de turno ha evadido resolver, pensando egoístamente que ellos jamás tendrían la necesidad de utilizar un hospital público, por lo tanto, lo que no les afectaba a ellos en ese momento lo dejaron de lado, mientras tanto la población más necesitada ha tenido que aguantar y sufrir las carencias de esos centros asistenciales.

Pero está comprobado que nadie se va de este mundo sin pagar el daño que ha hecho, tan solo en esta última semana hemos visto a Otto Pérez enfrentando un problema de salud y por lo que fue traslado al Hospital Roosevelt. Allí tuvo que pasar entre paredes manchadas de sangre, camas con colchones deteriorados, sin almohadas, etcétera.

"Baldetti: No iré al San Juan de Dios, pues no cuenta con el equipo, médicos especialistas y tratamiento".-

El general que un día tuvo en sus manos la oportunidad de invertir en salud y compadecerse para dignificar a los millones de usuarios de los hospitales públicos, decidió evadir su responsabilidad en su momento y hacer corrupción con el dinero del Estado.

A pesar de todo, el general fue tratado muy bien al llegar a uno de los hospitales que jamás le importaron cuando fue presidente. Los años pasan y todo sigue igual, la precariedad de los servicios que prestan los hospitales es ya insostenible, áreas hacinadas, servicios colapsados y falta de personal entre otros grandes problemas, al punto que hay quienes tienen que esperar más de ocho días para que se les asigne una cama en el Hospital General San Juan de Dios. Solo que ahora el indiferente se llama Jimmy Morales.

También la ex vicepresidenta Roxana Baldetti se negó a ser trasladada de la cárcel de Santa Teresa al Hospital General San Juan de Dios para una cita con un médico, pero ¿Por qué negarse? Seguramente porque nadie mejor que ella sabe que nunca se invirtió en el mejoramiento de ningún hospital público. Pero eso sí, tuvieron cabeza e hígados para invertir mucho dinero en un sofisticado equipo de espionaje, para saber lo que hacen periodistas, activistas y diplomáticos; y así protegerse para ocultar sus corruptas acciones.

De hecho, por la forma de hablar de esta señora, pareciera más que lo que necesita es un chequeo en el Federico Mora, y allí sí que es “rebonito”.

Tristemente el exdiputado Manuel Barquín falleció este lunes en el Hospital Roosevelt, él estaba sindicado en el caso Lavado y Política. A consecuencia de este hecho los diputados estaban indignados. Pero jamás se han indignado por el padecimiento de los guatemaltecos que tienen que sufrir a diario las terribles condiciones de la red hospitalaria del país.

De hecho, los diputados no se han preocupado por legislar en ningún aspecto a favor de la población, pensando erróneamente que ellos jamás necesitarán de los servicios públicos o que la justicia misma funcione de manera pronta y eficaz.

Hoy, fuera de pocas excepciones, los funcionarios de los tres poderes del Estado están actuando inmisericordemente con los guatemaltecos, no solo porque no están haciendo su trabajo, sino porque estas actuado corruptamente.

Quienes ocupan hoy puestos públicos deben entender de una vez por todas, que en pocos meses son ellos los que podrían estar encarcelados o necesitar de un hospital público, siendo víctimas del propio sistema que ellos mismos han contribuido a corromper.

Por esta razón es necesario entender esta ley de la siembra y la cosecha, que es muy práctica hasta para la corta inteligencia de los politiqueros que nos gobiernan hoy, pues nadie puede pretender obtener una cosecha buena, si sembró corrupción. Todo lo bueno o lo malo que se hace es este mundo, tiene una consecuencia y tan solo en esta semana todos hemos sido testigos de esa ley divina.

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