Mujer visionaria
La osamenta de la lideresa Col Choc y la de 53 hombres, también desaparecidos por el Ejército de Guatemala en el marco del conflicto armado, fueron identificadas a través de pruebas científicas de ADN entre las 533 osamentas exhumadas por la Fundación de Antropología Forense (FAFG), en 84 fosas halladas en la antigua zona militar No. 21 y en la que actualmente funciona el Comando Regional de Entrenamiento de Operaciones Paz (Creompaz).
Sus familiares relatan que Matilde estaba embarazada cuando fue desaparecida. Este es otro ejemplo de los crímenes de desaparición forzada y delitos contra los deberes de la humanidad cometidas por el Estado guatemalteco.
Es impactante leer fragmentos de la memoria de Matilde que aún conservan sus familiares. En su diario encontraron el poema Pequeño niño que le dedicó a la criatura que esperaba. El poema es maravilloso e inspira profundamente, transmite amor, esperanza, ternura y la fuerza de la trascendencia de la memoria colectiva del ser y la identidad política maya.
Por razones de espacio solo escribiré un trozo de su poema que dice así: “Tengo para ti y por ti, estos versos teñidos de emoción, pues pronto surgirás a la vida, como una gota de agua cristalina. En tu sangre llevas la vida de los tuyos y en tu mente una fuente de secretos escondidos como el Popol Vuh entre las manos ”.
Sabe la vida qué angustias vivió Matilde, las atrocidades que cometieron contra su ser y el pequeño ser que esperaba en ese deshumanizador destacamento militar. Es inaceptable que su pensamiento progresista, transformador y su afán por una educación liberadora se constituyeran en delitos en la época del conflicto armado en Guatemala.
De esa manera irracional, Guatemala ha perdido a mujeres talentosas y brillantes, quienes desde la periferia y la exclusión soñaron y lucharon por una Guatemala diferente, más humana y justa. Donde cupieran los distintos proyectos de vida de los pueblos y personas que conforman este país.
Ojalá la memoria de esta valiente lideresa nos motive a continuar con el camino desafiante que emprendió. Sus sueños florecieron, y por eso actualmente IGER tiene más de 42 mil estudiantes, repartidos en todos los rincones del país.