MACROSCOPIO
No se apegan a la verdad
En esta década hemos visto cómo algunos gobiernos azuzados por grupos extremistas tratan de cambiar la realidad de cómo sucedieron los hechos, por ejemplo ya algunos gobiernos niegan el Holocausto y lo han sacado de materia de estudio en los colegios.
Aquí en Guatemala ya vamos por el mismo camino, el magisterio infestado por gente con ideas extremistas ahora no enseña nada sobre los crímenes de la guerrilla durante el conflicto armado interno y, por el contrario, la enseñanza va en contra del sector privado y del Ejército.
Recientemente cayó en nuestras manos un libro de texto, que ya es oficial a nivel de institutos de nivel básico, Compendio de Historia de Guatemala, donde participaron Asíes, PNUD, Fundación Soros y Fundación Konrad Adenauer, el libro tiene algunos detalles que desdicen la realidad de lo sucedido.
Para ejemplo, habla en una de sus partes sobre el asesinato del coronel Francisco Javier Arana, limitándose a decir que fue un oscuro incidente que nunca fue aclarado, nada más falso y tendencioso. Veamos algunos de los hechos que se dieron antes de aquel suceso.
El gobierno de Juan José Arévalo se había involucrado en la Legión del Caribe, con el objetivo de derrocar en República Dominicana al dictador Rafael Leónidas Trujillo, intento en el que Guatemala cayó en el ridículo, los aviones fueron capturados, unos en México y otro en la Isla, y un saldo de armas se quedó en Guatemala; parte de ellas en el lugar conocido como El Morlón, en Amatitlán, donde hoy funciona el Irtra.
Los comunistas que copaban el Gobierno levantaron el rumor de que el coronel Arana estaba fraguando un golpe de Estado, pues la derrota del coronel Jacobo Árbenz Guzmán en las elecciones del Consejo Nacional de la Defensa hacía que el primer candidato oficial para las elecciones sería el coronel Arana y no Árbenz.
Arana se dirigió a Arévalo para manifestarle que iría a traer las armas a El Morlón para llevarlas al cuartel general; el presidente le dijo que él lo acompañaría. Posteriormente Arana fue a visitar al entonces jefe de la Fuerza Aérea, Arturo Altolaguirre, quien literalmente describe los hechos: “A las nueve del día 18 de julio llegó Arana a la base acompañado de Absalón Peralta y Chico Palacios; estaba nervioso, algo inusual en él, y me contó que ya habían aparecido los trescientos fusiles que faltaban y que estaban en El Morlón y que irían juntos a recogerlos. Después, pasaban frente a la oficina de Comunicaciones donde le avisaron que el presidente ya no iría con él, sino que los acompañaría el jefe del Estado Mayor, coronel Felipe Antonio Girón, y que yo le ordenara al jefe de Maestranza para que entregara los fusiles”.
Lo demás ya es conocido, pero tergiversado siempre por los comunistas, en ese entonces, y Carlos Manuel Pellecer se encargaba de tergiversar y desinformar por medio de sus escritos.
La comitiva se dirige a El Morlón y al pasar por el puente de La Gloria, un vehículo les cierra el camino, cuatro hombres armados se acercan por un lado, y por el otro Alfonso Martínez Absalón saca el arma, pero recibe un tiro en la frente, el coronel Arana cae baleado sobre el timón. Árbenz, en el cerro conocido como El Filón, esperaba nervioso las noticias. La muerte de Arana sería su pedestal para llegar a la Presidencia como primer designado. Los detalles de este asesinato planificado por el politburó de la izquierda antiaranista se puede leer con detalle en el libro El asesinato del coronel Arana.
No nos explicamos cómo el PNUD se preste a avalar publicaciones, y lo peor es que son libros de texto que no se apegan a la verdad.
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