EDITORIAL

Obama termina etapa histórica

Hoy es el penúltimo día de la presidencia de Barack Obama, el primer hombre de raza negra que llegó a encabezar el Organismo Ejecutivo de Estados Unidos, en un hecho sin precedentes que abrió la puerta a muchas esperanzas de cambio. Ocho años después, la realidad política, económica y social de ese país y del mundo se ha encargado de ponerlas en su verdadera perspectiva.

No es posible predecir en este momento cómo será el juicio de la historia para este presidente, aunque mediciones de medios de comunicación estadounidenses lo ubican con una de las mejores calificaciones. Se puede decir en su favor que ni él ni su familia fueron en ese tiempo el centro de escándalos ni que en su pasado se puedan encontrar acciones personales cuestionables. Los Obama representaron bien a las familias promedio estadounidenses, y el papel de Michelle fue determinante para la solidez de la buena imagen propia y de su esposo.

Desde el punto de vista político interno, Obama se enfrentó a numerosos sucesos que no le permitieron salir bien librado, muchas veces como consecuencia directa de la oposición republicana en todos los frentes. Espera ahora la casi segura destrucción del programa Obama Care y las críticas que le sobrevendrán porque en ocasiones no se decidió a actuar como lo esperaban quienes hace ocho años aceptaron el lema de que “sí se puede”.

Desde la perspectiva de un país productor de buscadores del sueño americano, el gobierno de Obama puede y debe ser criticado porque no hizo lo suficiente para facilitar la dura existencia de los migrantes. El número de guatemaltecos ilegales repatriados fue mucho mayor en esos ocho años que en gobiernos anteriores. Debió enfrentar, eso sí, la vergüenza de admitir que su país hace poco más de medio siglo utilizó a pacientes y prisioneros guatemaltecos como conejillos de Indias para inocularles virus en su etapa de pruebas.

Puede ser prematuro dar ahora una calificación global al legado de Obama, pues buena parte de sus logros también serán contrastados con el arribo de los republicanos. Su experiencia política puede ser calificada de corta, pero tuvo en su carrera como catedrático de Derecho las bases para algunas de las causas por las que se interesó.

En una perspectiva global de tipo científico, una diferencia fundamental del hasta hoy 44º presidente de Estados Unidos es su posición respecto del cambio climático que sufre el planeta. La ironía mayor de su presidencia resulta el que haya sido galardonado con el Premio Nobel de la Paz cuando era el comandante en jefe del ejército más poderoso del mundo.

La principal diferencia entre el 20 de enero del 2009 y el de este año se ubica en esa lejana ocasión cuando el ambiente era de esperanza y de entusiasmo, mientras ahora es de incertidumbre. Ambos pueden considerarse simplistas, porque la realidad de la praxis política emerge al ejercer el cargo. Barack Obama obviamente no hizo todo lo que pudo y actuó varias veces con criterios débiles, pero sale airoso. Así lo señalan encuestas de su tierra y de seguro también los criterios oficiales y populares mayoritarios en los países amigos.

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