EDITORIAL

Oportunidad para mejorar el modelo

El comisionado Iván Velásquez advirtió el pasado martes, durante un acto para recibir un nuevo aporte económico de Alemania, de que estructuras criminales se aprestan para incidir en la próxima elección de fiscal general, un proceso que está a poco más de seis meses de comenzar.

Quizás fue nuestro caricaturista Fo quien, con su característico sarcasmo, logró retratar de mejor manera esa situación: un montón de buitres sobre el techo del correccional conocido como Gaviotas están a la espera de abalanzarse sobre esa presa que es el Ministerio Público, uno de los más claros objetivos de los grupos que ven amenazados sus oscuros intereses, ante lo cual la mejor opción es picotear sobre el proceso.

La lógica indica que deberían fracasar en su intento, aunque se trate de un grupo reducido pero poderoso y con recursos el que batalla por no perder privilegios, por no permitir la independencia del sistema de justicia y mantener a su servicio a varios magistrados y políticos venales que han hecho de la corrupción un lucrativo modelo de vida.

Para ellos la faena no será fácil ni barata, porque el sostenimiento de sicarios de las redes sociales y la descalificación tienen un elevado costo, en un esfuerzo inútil que por más que pueda tener victorias parciales está condenado al fracaso, porque la corrupción ya demostró la enorme porosidad que provoca en el Estado y las consecuencias de esa tolerancia o la mezcla de política y crimen se convierten en una seria amenaza para la seguridad regional.

Ningún modelo respaldado por quienes encarnan la cooptación del Estado tiene posibilidades reales de conducir al país hacia niveles óptimos de gobernabilidad y desarrollo. Esto quedó claramente ratificado con la rapiña dirigida desde las altas esferas del gobierno patriotista, pero además porque esa conducta permisiva rompió con todos los controles en términos de seguridad y transparencia, y eso conlleva otros riesgos, por ser nuestro territorio uno de los más importantes puntos de tránsito de incontables ilícitos.

El mismo proceso de elección de fiscal general, previsto para iniciarse a principios del próximo año, estará bajo la más estrecha vigilancia de los medios de comunicación independientes, la sociedad civil y la comunidad internacional, entre quienes se encuentran muchos de los satisfechos donantes de uno de los modelos más efectivos de combate de la corrupción y el crimen de cuello blanco.

Aunque las mafias tuvieran éxito en esa empresa, este sería parcial, ya que se crearía un escenario incómodo para quien resulte electo fiscal general bajo esas condiciones, y esto solo podría acarrearle críticas y señalamientos, pero además es seguro que la comunidad internacional acrecentaría el rechazo hacia quien pueda ser designado, si el proceso no es sinónimo de mejora.

También debe verse como algo del pasado el modelo de fiscales serviles y sometidos a los designios presidenciales o de grupúsculos oscuros, porque estaría condenado al fracaso cualquier modelo que pretenda maniatar a las máximas autoridades del MP. El servilismo y la falta de idoneidad tampoco deben ser atributos para quien aspire a dirigir la institución más determinante en la lucha contra la impunidad en el país.

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