MACROSCOPIO
Patriotas de bolsillo
He tomado este título, emulando una atinada columna, escrita en el diario ABC de España, por Mayte Alcaraz.
Allí pinta la realidad de esos líderes, españoles, que al igual que muchos aquí, se regocijan de nuestras desgracias y se dedican internacionalmente a despotricar, desprestigiando al país, viajando para denunciar mentiras agrandadas, participando en cuanto foro hay relacionado con el tema de las Derechos Humanos y así lograr que instituciones millonarias les engrosen sus bolsillos.
Vemos cómo mediáticamente se les da gran cobertura a las protestas del sindicato de maestros, protestas que van en beneficio de los bolsillos de los dirigentes y la educación, cada día peor. No los vimos protestar por el asesinato del maestro en la aldea Las Marías, en Chiquimulilla, mucho menos por el caso de la deserción estudiantil en el Instituto Nacional Central para Varones, el cual ya no llega ni a 200 alumnos.
Ahora los semilleros encontraron en el tema del agua otra fuente de denuncia para que la comunidad internacional les ponga atención y sus cañones se dirigen al sector agrícola productivo, por su “excesivo” consumo de agua y hacia las minas por la contaminación de los ríos; por supuesto, no se dirigen a loa más grandes contaminantes, que son las municipalidades. Alcalde tras alcalde ha hecho caso omiso de la ley, que los obliga a tratar los desechos de todo tipo. Allí sí que no les conviene, pues muchos de esos alcaldes les son políticamente útiles e ideológicamente compatibles.
Lo que quisiéramos ver son las soluciones que proponen, querrán que desaparezcan los cultivos como la caña, el banano, la palma africana, las hortalizas, los pastizales y los granos básicos. Sin duda propondrán sembrar algo que no necesite agua ¡Eureka¡ ¿Habrán descubierto la panacea para la humanidad?
El tema de conflicto armado interno sigue siendo para ellos la fuente de apoyo económico y mediático, tratando de revivir las causas, creando más pobreza con su oposición a todo lo que genere empleo. Veinte años después se viene a denunciar que hubo genocidio cuando ninguno de los moderadores en su momento lo denunciaron y un relator de Naciones Unidas, el Baro Colville de Culross, fue tajante al rechazar tal insinuación. Ahora se pretende eliminar de los acuerdos el tema de la amnistía, que como atinadamente lo expresara en una columna Antonio Arenales Forno: “Pretender que se va alcanzar una Paz negociada sin ningún tipo de amnistía es una imposible ingenuidad. Nadie firma una paz negociada para ir a la cárcel. Pretenderlo es condenar a la población a guerras interminables o hasta que un contendiente sea aniquilado”.
Existen personajes como el juez Baltasar Garzón, que van en la línea de los que levantan la costra de unas heridas que no han terminado de sanar, que hacen referencia a tratados como el Estatuto de Roma, al que Guatemala se adhirió hasta el año 2012, pero aquí no lo han incorporado a nuestro Derecho Penal; por lo tanto ningún juzgador puede hacer referencia a él y menos dictar sentencias retroactivas.
Por supuesto, han encontrado apoyo en jueces, magistrados y fiscales que se basan en argumentos falaces e ideologizados.
A la par de Arenales se sentaba Héctor Rosada Granados, que ahora apoya la teoría de genocidio. ¿Por qué no lo denunció en aquella oportunidad? ¿Habrá alguna conveniencia de bolsillo?
De la manera que la izquierda siga manejando estos temas y la comunidad internacional los siga apoyando económicamente, nunca terminará el conflicto, azuzado por esos patriotas de bolsillo.
hupretij@hotmail.com