Es propicio el fin de año para entretenerse con alguna película. Ahora son especialmente atendidas las relacionadas con la II Guerra Mundial. La película polaca, Katín, sobre el asesinato masivo de los oficiales, en ese bosque por parte de Stalin. O la alemana, Amén, sobre la insensibilidad para denunciar el genocidio de los judíos europeos, acercan a una atmósfera de malestar.

Por un lado, las personas no alcanzan a explicarse el ascenso del fascismo tanto italiano como alemán. ¿Cómo era posible que pueblos cultos dieran su confianza a líderes demagogos?

Sendos dirigentes estrafalarios cuya expresión facial o muecas, que denotaban una individualidad extrema, fueron aceptados por miles de electores. Los señalamientos racistas contra compatriotas provocaron arrestos en masa. Lo insólito fue que se trató de una agresión anunciada. Violadores, ladrones, sucios y otros insultos se dejaron pasar sin problema.

El segundo Hitler puede indicar esas características para millones de personas y obtener el beneplácito de una parte de la ciudadanía. Como ayer, uno de los temas de ataque racial ha sido el sexo y el dinero. Los latinoamericanos pueden ser presentados como obteniéndolo, a través de la fuerza y la ilegalidad. Naciones enteras son acusadas. Los chinos, sin abandonar su país, atacan la laboriosidad de la decadente potencia, al acudir a los mercados mundiales con mercaderías más baratas.

Por otro lado, la manera como fueron abandonadas las víctimas es sugestiva. Los judíos conversos en Italia se quejaban de que los unían con quienes mantenían su tradición. Algo similar ocurre en la Florida. Han aparecido entre los cubanoamericanos formas de expresión características para buscar la diferenciación. El uso de “ustedes” o “su país” se usa para diferenciarse de los ciudadanos de la isla. Ya se cuenta con la finalización de la política de “pies secos o mojados”, por la cual se aceptaba automáticamente a los inmigrantes. Así mismo, se suspenden las ayudas financieras para instalarse. De donde la suerte de ambas comunidades se refiere como separada. “¿Qué decidirán ellos?”.

Mientras tanto, el azoro frente a los jefes militares. El miedo contenido frente al ascenso del “perro loco”, James Mattis, como secretario de defensa. La cautela frente al conocido general John Kelly, encargado de la seguridad nacional. Profesional y cauto, pero implacable para alcanzar sus objetivos.

El mohín acompaña al temor ante una barrabasada, al observar al antiguo jefe de inteligencia militar. Mike Flynn no dudará en hacer uso de medios desproporcionados, como lo hizo en Grenada, en 1983. Desoyó al ministro Maurice Bishop, deseoso de negociar, prefiriendo un truculento desarrollo militar lleno de bajezas. Todavía se recuerda que los mapas que utilizaron los invasores de la pequeña isla caribeña habían sido proporcionados por un servicio de cruceros, estaban las discotecas de la isla pero no las residencias estudiantiles que supuestamente iban a asegurarse. La inteligencia no habrá de ser muy alta.

mosquera@doctor.com