PLUMA INVITADA

A pocas horas…

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Posterior a la primera vuelta electoral, el país presenta preocupantes problemas de violencia y divisionismo. Podemos observar las redes sociales, desbordadas de comentarios de odio y rencor hacia cualquiera que pase por allí. Parecen sitios para liberar frustraciones e insatisfacciones.

El voto en blanco más el voto nulo fueron los grandes ganadores en la primera vuelta electoral, representando aproximadamente el 24% de la población sufragista. Hartazgo, rechazo y decepción ciudadana bien podrían ser la causa y/o producto de una fructífera manipulación mediática con estrategias de mercadeo para una campaña de “vota nulo”.

Esto pone a pensar, pues significaría que algunas personas podrían ser de nuevo sujetas de manipulación mercadeo-política en esta segunda vuelta, y, ¿entonces, por quién votarán?

Los resultados solo han demostrado que parte de la población guatemalteca está decepcionada y no ve futuro, y sumándole los años de abandono y rezago educativo o de educación de baja calidad, nos resulta un pueblo presa fácil para que cualquier partido político, nuevo o poco conocido, le ofrezca un cambio, adornado con técnicas mercadológicas bien aplicadas. Posiblemente estas propuestas serán aceptadas por hartazgo y/o desesperación, como si fueran náufragos, aferrándose a una tabla de salvación.

Obviamente, llegar al anhelado poder presidencial y todas las prerrogativas que conlleva hace de la campaña electoral o electorera un camino de márquetin en donde no importa el cómo, solo importa llegar.

Esta situación la venimos observando desde hace varios procesos electorales. Me remontaré a una campaña de eslogan “mano dura”, que prometió cambios, y el pueblo, eclipsado por estas dos palabras, votó por el partido, pero al poco tiempo las personas, decepcionadas, salieron a las calles. Todos sabemos qué pasó, ¿o no?

' Hace casi cuatro años, el pueblo eligió a sus autoridades y en pocos meses, manifestaciones.

Patricia Muñoz Meza

Siguiente elección: un cómico de televisión se estrenó en política, el pueblo lo eligió por ser novedad y a los pocos meses, manifestaciones y repudio popular. Hace casi cuatro años, el pueblo eligió a sus autoridades y en pocos meses, manifestaciones.

Observamos tres ocasiones en las cuales ha ganado el partido novedoso o menos conocido, pero en poco tiempo, ¡oh decepción!

Es sabido que la corrupción nos tiene hastiados a todos, y decir que se la erradicará prontamente es poco realista. Platón ya hacía referencia a esta, también es mencionada en la Biblia; por tanto, “ella” ya lleva siglos provocando dolores de cabeza por todo el mundo y se ha enraizado profundamente.

Así que, para expulsarla, lo primero es dejar de “normalizarla”, aceptando comportamientos faltos de ética y moral, únicamente porque otros lo hacen. Hay que comenzar siendo honestos con nosotros mismos y con nuestros semejantes, y exigir lo mismo a cada habitante del país, incluidos todos los ciudadanos de la clase política.

El punto es: si muchas personas hacen algo, no implica que sea lo correcto, Hay que tener criterio basado en principios que dan origen al respeto y al deseo de hacer las cosas bien.

Supongo que si un grupo de ciudadanos de cualquier organización con fines políticos pretende ser diferente, debería predicar con su ejemplo de honestidad; caso contrario, serán iguales a lo que critican.

Hoy, más que nunca, Guatemala necesita “esperanza” y elegir a un presidente o presidenta que logre representar medianamente a todos los ciudadanos del país y conozca los problemas que lo aquejan en lo social, educativo, económico, de salud, migración, etc. Solo así quizás se logre alcanzar resultados de beneficio para todos.

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