Hoy, 3 de octubre, se celebra el Día de la Unidad Alemana. En este día rememoramos uno de los episodios más trascendentales de la historia moderna de Alemania: la reunificación de Alemania Oriental y Occidental, un evento que, hace exactamente 33 años, cambió el curso del país y tuvo un gran impacto en Europa y el mundo.

Luego de 45 años de separación desde el final de la Segunda Guerra Mundial, Alemania Oriental y Occidental se unieron gracias al Tratado de Unificación, que entró en vigor el 3 de octubre. Este acuerdo histórico marcó el final de una era de división y el restablecimiento de la unidad alemana. Fue un testimonio del poder de la diplomacia y la voluntad del pueblo. Uno de los momentos más emblemáticos de este período fue la caída del Muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989, que marcó el fin de la Guerra Fría y el resurgimiento de Europa como una entidad unida. Cada año, en este día, celebramos con orgullo y gratitud la oportunidad de vivir en una nación unificada y próspera.

La reunificación alemana no fue solo un logro político, fue un movimiento ciudadano que, en busca de un cambio, creció de manera constante y sin violencia. Las manifestaciones pacíficas simbolizaron la determinación y la voluntad de los ciudadanos para alcanzar la libertad, la unidad y la democracia. Los cambios surgidos por la voluntad popular permitieron que se celebraran por primera vez, sin una revolución sangrienta, elecciones libres y secretas, las cuales contribuyeron a la consolidación de la democracia en el país reunificado. Este cambio democráticamente deseado fue el comienzo del desarrollo social común en Alemania, que hoy es sinónimo de democracia y seguridad jurídica.

Durante este proceso histórico, se puso de manifiesto la importancia de dar voz a la ciudadanía. Es importante mencionar que, para el progreso, el respeto a la voluntad de cambio constituida democráticamente es crucial. En Guatemala, por ejemplo, se llevaron a cabo elecciones recientemente; el pueblo ha manifestado su voluntad de cambio y ha iniciado, en este sentido, su viaje hacia el futuro mediante la voluntad de los votantes.

Esta participación ciudadana, así como la libertad, la paz, la diplomacia y la cooperación, se convirtieron en elementos fundamentales de la reunificación de Alemania y siguen siendo pilares esenciales en la política actual para abordar los nuevos desafíos y desempeñar su papel como miembro de Naciones Unidas. Estos mismos principios son esenciales en el escenario global actual, donde la defensa de los valores democráticos, la diplomacia y la cooperación son vitales para abordar problemáticas como el cambio climático y los conflictos. Como miembro de Naciones Unidas, Alemania sigue comprometida con estos principios y trabaja por la promoción de la paz, la justicia y el desarrollo sostenible en todo el mundo, con el objetivo de establecer un orden mundial más pacífico.

Este año, las celebraciones oficiales del Día de la Unidad Alemana en Hamburgo tienen el lema “Abrir horizontes,” expresando nuestra determinación de ver hacia el futuro y abrazar nuevas oportunidades.

Quiero concluir diciendo que hoy, no solo se conmemora un evento histórico, sino que también se celebra la trascendencia de los valores y principios de la reunificación. La reunificación alemana es un ejemplo de esperanza, paz y cambio positivo. Comparto esta historia con profundo orgullo y gratitud, con la esperanza de que la historia nos inspire a construir un futuro más unido y pacífico.

*Embajadora de Alemania en Guatemala