PLUMA INVITADA

El espíritu de la Navidad

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El 21 de diciembre es el Solsticio de Invierno y, según muchos creyentes, la energía proveniente del sistema solar llega a las personas de buena voluntad. Es un sentir que nos hace ser agradecidos y desear bondades para el próximo año. Por ello decimos: “Que el Año Nuevo traiga prosperidad, amor, armonía y paz a todos”. Es el verdadero espíritu de la Navidad.

Es la época más bella del año, y ¡Guatemala se viste de gala celebrando como ella sola! Cada uno decora su hogar, su establecimiento, su oficina; y las municipalidades, las calles de su ciudad. A todos nos invade el espíritu navideño, celebramos con fogatas, posadas, convivios y la alegría de la época nos contagia. Compartimos alegrías, nos ayudamos unos a otros y todos vivimos el momento mágico de la cena de Navidad.

Este año no solo debemos celebrar que un nacimiento guatemalteco está siendo expuesto en el Vaticano, sino también que es la primera Navidad sin medidas de restricción desde el 2020. Es el momento propicio para un ambiente de agradecimiento, de bondad y de buenas intenciones.

El espíritu de Navidad nos vuelve agradecidos y nos permite ser felices. Emanamos felicidad y nuestros familiares, amigos, compañeros de trabajo o simples desconocidos también sienten esa misma felicidad. Cuando intercambiamos saludos, nos abrazamos y sonreímos. Los niños se apasionan con participar en las festividades y explotan de alegría al recibir un regalo.

' Es una resolución que suena fácil, pero es un verdadero desafío por ser una tarea 24/7.

Carlos R. Paredes

Algunos dicen que la Navidad es una fiesta para los niños, cuando en realidad es una fiesta para toda la familia. Invitamos a nuestros familiares a compartir la cena y la felicidad. El resultado es que toda la familia y amigos cercanos, sin importar su edad, se contagian del espíritu de la Navidad.

En el Cuento de Navidad, el Sr. Scrooge se enfrenta a su pasado, presente y futuro. Logra aprender que sus buenas acciones de hoy le aseguran un futuro mejor a todos. La lección aprendida es que si nos sentimos agradecidos, tenemos buenas intenciones y realizamos buenas acciones que hacen felices a otros, nuestra propia felicidad se verá incrementada sensiblemente. Nuestra buena actitud hacia los demás es el mejor regalo, es gratis y nos hace sentir bien.

Entonces, la pregunta que debemos hacernos es: ¿por qué no logramos mantener ese espíritu de la Navidad durante todo el año? El Sr. Scrooge cambia su actitud y realiza buenas acciones todos los días, y no solo en una navidad. Si todos mantuviésemos una sincera actitud de agradecimiento durante el año, viviríamos más felices haciendo que todos a nuestro alrededor también lo sean. Por ello cobran mucha importancia las sabias palabras del fundador del movimiento scout, Robert Baden Powell, referente a que lo más valioso es infundir felicidad en la vida de los demás porque nos hace felices.

El Año Nuevo siempre llega con nuevas metas para cada uno de nosotros. Se pueden imaginar el cambio que el país tendría si nos proponemos la firme resolución de mantenernos felices. Para ello es necesario empezar por sentirnos agradecidos diariamente por todas las personas que nos estiman, por las que nos apoyan y por todo lo que ya tenemos, sin importar lo que creemos que nos hace falta. Es una resolución que suena fácil, pero es un verdadero desafío por ser una tarea 24/7. Lo buenos es que luego de un corto tiempo la resolución se vuelve un hábito y lo seguimos haciendo ya como parte de nuestra manera de ser. En ese momento sonreímos mucho porque hemos logrado integrar el espíritu de la Navidad a nuestra vida cotidiana.

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