PLUMAS INVITADAS

Presidente electo

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La República de Guatemala fue fundada el 21 de marzo de 1847 por el caudillo adorado de los pueblos Rafael Carrera y Turcios, nacido en la ciudad de Guatemala, presidente vitalicio de 1847 a 1865. Instauró un gobierno clerical y proclama feriado nacional el 8 de diciembre. El primer himno nacional de Guatemala fue “Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos y, después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh, siempre dulce Virgen María! Ruega por nosotros Santa Madre de Dios para que seamos dignos de alcanzar la promesa de nuestro Señor Jesucristo. Amén”.

Los sucesos internacionales de la guerra de Belice, Roatán, Mosquitia, en Guatemala, Honduras y Nicaragua, la incorporación de 900 mil kilómetros cuadrados a Estados Unidos de América pertenecientes a los Estados Unidos Mexicanos, la guerra de castas entre indígenas, criollos y mestizos en Yucatán y la declaración de Nicaragua como estado esclavista y de habla inglesa de los Estados Unidos, al mando de William Walker.

Recuperar la integridad de la patria grande fue denigrado por el primer presidente electo de Guatemala, Justo Rufino Barrios, quien, con apoyo de Lorenzo Montúfar (a cuyos pies de su homenaje en la avenida Reforma muere John Gordon Mein), denigró la historia de la formación de la República de Guatemala haciendo olvidar la fundación y el clericalismo y declarando el 15 de septiembre como fecha oficial de fundación, cuando en realidad es el 21 de marzo.

' Admiro a los valientes guatemaltecos que sin obnubilarse por fuerzas espurias procuran ordenar la casa.

José Miguel Argueta

Engañar al pueblo se puede fácilmente. El voto en las urnas no es el resultado de la opinión de la mayoría, es el despotismo de las masas ceguera real y palpable de todos los segmentos de derecha en este país y la derecha disfrazada de izquierda. Entiendo que las manifestaciones humanas son diversas, pero no caracterizan la cultura del pueblo o su “espíritu objetivo”. Más bien ese circo entre el Estado, el honorable Congreso de la República de Guatemala y las cortes es una manifestación de la naturaleza y su semejanza a otras especies vivientes.

Es filosofía, literatura, arte, el Estado de iure, la religión y otras manifestaciones culturales lo que hace un pueblo culto. Vivimos en medio de estelas, monolitos, en los cuales hay una modalidad de expresión humana caracterizada por comunicar pensamiento y creadas por la subjetividad humana, comunicando intuitiva y racionalmente la plena vida en sociedad.

El marquense Justo Rufino Barrios, dejando su finca de cultivo El Malacate, se va a México y desde ahí organiza las guerrillas para derrocar al gobierno de Guatemala y emparentarse con Francisca Aparicio y Mérida. En honor a su primera hija, la avenida Elena en la ciudad lleva ese nombre. Las elecciones son de carácter humano, manifestaciones del hombre y no debe confundírselas con caprichos arbitrarios de la mayoría en la implosión que sufren las elecciones generales del 2023 en Guatemala, y que de ninguna forma valoran las preciosas cualidades de vivir en una república democrática altamente organizada.

Admiro a los valientes guatemaltecos que sin obnubilarse por fuerzas espurias procuran que ese espíritu objetivado que caracterizó a Antonio Larrazábal en las Cortes de Cádiz ordene la casa y la obra producida por la cultura en este suelo patrio.

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