CON NOMBRE PROPIO

Por Alba y por Keneth

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En todos los países del mundo lo más difícil para los gobiernos es la coordinación que debe darse entre distintas instituciones públicas, como tienen su organización y jerarquía, cuando dos o más de ellas deben funcionar en un mismo sentido y con un solo objetivo inmediato es complejo que el engranaje institucional se mueva al mismo lado. En nuestro país, por granel podemos contar las veces que se ha requerido un funcionamiento uniforme sobre alguna emergencia y los enlaces no se realizan con agilidad. Por ejemplo, en casos de catástrofes naturales la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) juega un papel fundamental. Todos los ciudadanos debemos colaborar con la Conred y su órgano superior está integrado por distintos ministerios, autoridades y representaciones sociales. Si es difícil la coordinación de entes públicos y privados frente a un terremoto, una tormenta, una inundación, imaginemos cuán difícil es para otros asuntos.

El 14 de junio del 2007 Alba Mishell España Diaz en Camotán Chiquimula fue secuestrada, había salido de su casa a la librería a comprar una sorpresa, gente de Camotán, Jocotán y San Juan la Ermita la buscaron por horas, vehículos que en aquel momento hacían propaganda política se unieron a la búsqueda, pero lo que hallaron fue el cuerpo de la niña sin varios órganos vitales y hasta sin ojos. En aquel momento una mujer fue linchada, dos más fueron encontradas culpables y cumplen una pena de 50 años de prisión. Las encartadas confesaron que cobrarían veinte mil quetzales por la niña.

Rosa Diaz, la madre de Alba, emprendió con el único apoyo de la Fundación Sobrevivientes una lucha descomunal dentro de un aparato que no se mueve.

El 16 de diciembre del 2009, Keneth López de 4 años desapareció y su cuerpo fue encontrado una semana después, el 23 de diciembre, tras una búsqueda por todo Jalapa. Keneth había sido secuestrado y enterrado en el patio de una casa vecina. Dos mujeres fueron condenadas a 50 años de prisión por el hecho, ahora los padres de Keneth trabajan para que casos como el que les sucedió no ocurran de nuevo.

Las familias de Alba y de Keneth sufrieron la dificultad para coordinar esfuerzos entre autoridades de distinto rango, competencia y jerarquía, de allí que el Congreso de la República haya aprobado el Decreto 28-2010 que contiene la Ley del Sistema de Alerta Alba-Keneth que se traduce en el esfuerzo inmediato para la búsqueda y resguardo de menores desaparecidos. La Procuraduría General de la Nación, la Policía Nacional Civil, la Dirección General de Migración, la Secretaría de Comunicación Social de la Presidencia de la República y el Ministerio Público por medio de su fiscalía contra la Trata de Personas son las que coordinan los esfuerzos de búsqueda.

Miles de niños desaparecen cada año en nuestro país, pero platicando con personeros encargados de este proceso nos comentaban hace poco, que muchos de esos menores no es que sean secuestrados sino que sus padres los abandonan de forma dolosa. La paternidad y maternidad irresponsable es una peste que aqueja a nuestra sociedad enferma y sobre el flagelo de la estúpida violencia que existe sobre los niños hoy se evidencia otro fenómeno más cruel que debemos atajar.

Un padre o una madre que abandona a sus hijos debe ser castigado y es urgente la edificación de precedentes, ese es también parte del reto para que la muerte de Alba y Keneth no sean en vano y los niños tengan un chance llamado futuro.

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