PLUMA INVITADA

¿Quién tiene la culpa?

Rodolfo Samayoa

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Desde hace varias semanas he observado con preocupación cómo algunos alcaldes han prohibido la bolsa plástica en sus municipios. A simple vista pareciera que tienen razón, ya que el plástico es el malo de la película, pero si analizamos con un poco de más detalle el caso podemos notar algunos aspectos interesantes sobre el tan polémico tema:

1. El fabricante hace la bolsa y la distribuye por medio de mayoristas. Estos se la venden a otros detallistas que, por lo regular, tienen ventas de productos frescos, tal el caso de las personas que venden verduras, lácteos y un sinfín de productos de consumo.

Las personas que compran los productos frescos para sus alimentos cotidianos, luego de desempacarlos tiran la bolsa a la basura, la cual recoge un camión que hace ruta tres veces por semana. Este camión lleva la basura, en el mejor de los casos, a un basurero, y allí finaliza su ciclo. Pero, entonces, ¿quién tiene la culpa de que la bolsa llegue al basurero? ¿El camión de basura? ¿la persona que compra sus productos en bolsa? ¿el detallista, por usar la bolsa para vender los productos? ¿el fabricante? ¿o el alcalde municipal, que no cuenta con un plan estructurado sobre el manejo de los desechos solidos?

2. Al eliminar la bolsa de plástico no se está resolviendo un problema, ya que del total del volumen de basura que se extrae de los hogares de los guatemaltecos, la bolsa solo tiene un 1.5 por ciento, o sea que si sacamos el 1.5 por ciento de la basura no vamos a resolver el problema de la contaminación. Lo que sí se puede apreciar es que ahora, para empacar el queso y las verduras, se usarán hojas, como se hacía en los años 1950 o 60, y eso, además de ser un retroceso en el desarrollo de productos de consumo, incrementará el desarrollo de enfermedades gastrointestinales, y por lo tanto ni se va a reducir el problema de la contaminación sino más bien surgirá otro problema para las alcaldías.

3. Pero no solamente el plástico contamina, también lo hacen las llantas, los empaques de chucherías y de otros productos de consumo masivo.

¿Será que los alcaldes van a prohibir estos productos también, porque tienen la misma responsabilidad en la contaminación del medioambiente?

4. El plástico genera más de 250 mil empleos directos e indirectos en todo el país, y según las estadísticas del Banco de Guatemala, genera casi un 2 por ciento del PIB y, por lo tanto, un porcentaje interesante en el pago de impuestos, por lo que la ya lastimada economía de nuestro país se verá mermada en casi dos mil millones de quetzales anuales al cerrar la actividad del plástico.

5. La solución no es suprimir de un plumazo una actividad tan importante, es mejor hacer consensos entre el Congreso de la República y las municipalidades para elaborar una ley de manejo de desechos sólidos que no lastime a nadie, y menos a una actividad tan productiva e importante en el país, y por supuesto que tampoco lastime al ambiente.

Esto se logrará si en lugar de preocuparnos por retirar el 1.5 por ciento de la basura se trabaja en establecer una ley general de manejo de desechos sólidos. Esto no es algo imposible, solo hay que voltear a ver a países de América del Sur, que lo han hecho con mucho éxito. Y sin ir tan lejos, el estado de Quintana Roo tiene una de las plantas de tratamiento de desechos sólidos mas moderna y eficiente en América Latina, la cual recién inauguraron, con el apoyo del gobernador del Estado y de la Municipalidad de Cancún.

*Secretario Junta Directiva  de la Asociación de Plastiqueros y Recicladores de Guatemala

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