CATALEJO
Redes sociales no son prensa
A NADIE DEBE EXTRAÑAR la serie de dudas afianzadas o iniciadas al respecto de la cobertura de las informaciones periodísticas, sobre todo cuando se refieren a casos cuya importancia radica en no tener precedentes. La prensa hace cobertura de un acontecimiento cuando lo incluye en su contenido informativo o lo comenta, y esto incluye enviar a su personal al lugar donde éste tiene lugar. Tal tarea periodística solamente puede ser calificada de “show” cuando hay razones sólidas para calificarla de exagerada porque el hecho no tiene importancia suficiente. Por ello puede ser show informar una sola vez de algo baladí, y no serlo aunque se publique por semanas algo históricamente necesario y/o de consecuencias insoslayables.
POR APARTE, COMO consecuencia de la proliferación de las llamadas “redes sociales” se puede caer en el error de considerarlas medios periodísticos. No lo son, ni pueden serlo. Se reducen a aportar criterios personales de alguien muchas veces imposible de identificar. Por infortunio, esta característica conduce al anonimato, una de las formas peores de cobardía, como lo comprueban quienes por esta forma de comunicación son víctimas de insultos, mentiras, calumnias, etc. Por supuesto, quienes las utilizan y se identifican no caen en esta categoría sino participan en la de personas cuyo acceso a la tecnología les permite expresar criterios propios con posibles ideas valiosas, sensatas, respetuosas. Pero no hacen periodismo ni son periodistas.
QUIENES ESCRIBEN SU opinión en columnas, ejercen la libre emisión del pensamiento, cuya única limitación se encuentra en la legislación de imprenta y en las normas específicas y escritas de las instituciones periodísticas. No tiene sustento considerar una campaña en contra de alguien el simple hecho de encontrar varias columnas de opinión con críticas coincidentes. La prensa solo opina en su editorial, por ello institucional y no atribuible a quien o quienes lo hayan escrito. Por aparte, mientras más importante es un determinado suceso, y por ello provoca reacciones y comentarios de los diversos sectores sociales, la publicación de las opiniones y criterios diversos es el resultado de la obligación periodística de hacer mejor su trabajo.
EL DEBER PERIODÍSTICO del balance se cumple con tomar en cuenta y publicar lo expresado por personas de disímil forma de pensamiento. De nuevo: es errado, o puede ser malintencionado, acusar a los medios de parcializados, o de participantes en un “linchamiento” si recogen estas diversas maneras de considerar las cosas. Por supuesto, quienes por cualquier motivo se ven afectados directa o indirectamente por la cobertura periodística, muchas veces se colocan a causa de una explicable reacción humana, entre las filas de quienes rechazan la actividad informativa, o la reducen a solo presentar aquellas noticias de hechos favorables o las opiniones en la misma línea de pensamiento de ellos. Pero el papel de la prensa no es ese.
LA CIUDADANÍA DEBE TENER claro todo esto, para no considerar la publicación de entrevistas o de comentarios, así como de noticias de hechos importantes, como forma de “veredicto anticipado”. Simple: esto es tarea exclusiva de los jueces. Puede haber opinión pública y de hecho hay, porque muchas veces toma en cuenta para sus conclusiones toda una serie de aspectos a veces no importantes para la terminología o la lógica jurídica. Todo esto se debe mencionar porque al considerar lo mismo una publicación en un medio periodístico con la de una red social, se corre el peligro para quien lo hace de colocarse en una posición de gran debilidad en la consistencia de sus argumentos al respecto de las justificaciones de la tarea periodística.