PLUMA INVITADA
Sanciones detendrán beligerancia de Irán
El régimen iraní, el mayor patrocinador estatal de terrorismo en el mundo, representa una amenaza inmediata tanto para sus vecinos como para la comunidad internacional. La presión masiva y las sanciones contra Irán demostraron ser efectivas hasta 2014. Por eso se espera que las sanciones renovadas sean efectivas ahora. Imponer sanciones a sectores críticos de la economía iraní es la forma correcta de detener el camino de Irán hacia la bomba nuclear y frenar las políticas nefastas de los ayatolás.
Desde el acuerdo con Irán en octubre de 2015, Irán ha continuado su programa para desarrollar armas nucleares. Además de no detener completamente el camino nuclear de Irán, el acuerdo no abordó las ambiciones agresivas de Irán más allá de las capacidades nucleares, como el desarrollo de misiles balísticos de largo alcance; su participación militar en las guerras en Siria, Yemen, Líbano e Irak; el patrocinio de Hamas en Gaza; y las actividades terroristas del régimen en Europa.
En el Líbano, Hezbollah está construyendo bases de misiles, a unos metros del aeropuerto internacional de Beirut, lo que le dará a la organización terrorista respaldada por Irán, la capacidad de enviar misiles de precisión a las ciudades israelíes. En Gaza, Irán continúa patrocinando y produciendo cohetes para Hamas, para avanzar en su aspiración de eliminar a Israel del mapa.
Los tentáculos de Irán se extienden más allá del Medio Oriente. En las últimas semanas, las fuerzas de seguridad arrestaron a agentes iraníes en varios países europeos, que estaban planeando ataques terroristas en suelo europeo. Las tecnologías avanzadas del régimen, junto con el patrocinio financiero de material y agentes en todo el mundo, intensifican la amenaza global que plantea el régimen iraní y ponen en peligro las libertades y valores fundamentales de Occidente.
La economía iraní ha colapsado, la lira iraní ha caído en dos tercios de su valor, debido a la indiferencia del régimen hacia el bienestar de su pueblo. El dinero internacional destinado a resolver problemas críticos de agua y energía, construir escuelas y hospitales, y beneficiar el bienestar del pueblo iraní, se ha canalizado a las actividades militares de Irán: financiar el terrorismo global y guerras. El pueblo iraní ha salido a las calles en protestas masivas contra el gobierno opresivo, y muchos activistas han sido encarcelados por hablar en contra del cruel régimen. Irán, que genera guerras en todo el Medio Oriente, tiene una gran responsabilidad por provocar la crisis migratoria que ha llevado a millones de refugiados desplazados a las orillas del Mar Mediterráneo. La afluencia de refugiados que enfrenta Europa es un resultado preocupante de la actividad beligerante de Irán en la región y su desprecio por las vidas humanas.
Desafortunadamente, el Acuerdo con Irán brindó falsas esperanzas y no cambió el comportamiento hostil del régimen. La falta de acción hoy significa ceder a las agresiones actuales de Irán con consecuencias desastrosas en todo el mundo en el futuro. Uno cuestiona la sensatez de una política que promueve las relaciones mercantiles con Irán mientras ignora la beligerancia y opresión del régimen hacia su gente. Los intereses comerciales no deben tener prioridad sobre las preocupaciones de seguridad global. Irán continúa promoviendo los horrores en Siria, armando a Hezbollah y Hamas, conspirando para asesinar a disidentes en Europa y desarrollando misiles balísticos de largo alcance, así como capacidades nucleares. La amenaza internacional que representa Irán debe ser abordada por la comunidad internacional antes de que sea demasiado tarde.
* Embajador de Israel en Guatemala