URBANISMO Y SOCIEDAD
Socialismo del siglo XXI y corrupción
Dos factores han estado en primer plano dentro de los conflictos en que se ve envuelto el país. El llamado Patronazgo clientelar, que es lo que corrientemente llamamos corrupción, lo que ha estado entremezclado con los conflictos generados por el Socialismo del siglo XXI. La OEA ha lanzado un mensaje a propósito de este conflicto entre los países que viven del chantaje político del petróleo venezolano, que son los que componen los gobiernos del Socialismo del siglo XXI: Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua. El gobierno de Maduro, con sus obsesiones dictatoriales, llevó a la OEA a emitir la Resolución sobre los hechos recientes en Venezuela, entre los que están el Consejo Permanente, que ha determinado que existe una alteración del orden democrático, entonces puede aprobar medidas diplomáticas”. Pero el presidente venezolano, Maduro, rechazó la oferta de observar las elecciones legislativas” cuando expresó: “su insatisfacción con la inacción de la Organización de Estados Americanos en el caso de Venezuela (El País)”. La Asamblea General de la OEA, en que los países miembros no encontraron el consenso necesario para aprobar una resolución contra el gobierno de Nicolás Maduro, quien, acorralado e incapaz de defender la crisis que atraviesa ante la OEA, la abandona y convierte a Venezuela en país castrista.
Por otro lado, tenemos el Patronazgo clientelar, que es la Corrupción, esa por la que en 2015 la población se manifestó por las calles. En que el gobierno norteamericano ha intervenido, por la debilidad de las instituciones de seguridad y justicia, por la corrupción y por actores criminales y políticos que ha dejado al Estado sin la capacidad para responder a la violencia y criminalidad. Y así fue como se creo la Cicig: el Gobierno estadounidense desarrolló un Plan Económico y de Seguridad para Centroamérica. En que el crecimiento económico de El Salvador, Guatemala y Honduras han visto disminuir sus ayudas desde Estados Unidos en la reunión celebrada en Miami.
“Mientras Mérida, el exembajador de Guatemala en Estados Unidos, amigo personal del presidente Morales, había trazado una serie de objetivos para realizar un lobby con diputados de USA, con el fin de sacar al embajador Tedd Robinson de Guatemala. Una publicación del diario británico The Guardian expone la presión en la que los diputados Fernando Linares Beltranena, Óscar Quintanilla, Julio Lainfiesta y Jaime Regalado fueron contactados por “donantes privados” ¿? aportando fondos para pagar a la firma de Barnes & Thornburg, US$80 millones para hacer cabildeo en Estados Unidos. Esto destapó las preguntas sobre la identidad de tales financistas. De acuerdo con el diario The Guardian, “políticos de la oposición han pedido a Morales revelar su papel en los contratos firmados con Barnes & Thornburg. Mientras, el Cacif desautoriza los comunicados apócrifos y se desvinculan de esas declaraciones dadas por Linares sobre la participación de empresarios, quienes presentaron las denuncias correspondientes al Ministerio Público (MP)”.
Ante esto se nombra al actual subsecretario para Asuntos Internacionales de Narcotráfico, Luis Arreaga, como nuevo embajador, un conocedor de los problemas de Guatemala en materia de corrupción y narcotráfico desde finales del 2013. Nacido en Guatemala y responsable de los programas del Departamento de Estado sobre asuntos internacionales de narcotráfico y aprobación de la Ley del Departamento de Estado en la lucha contra las drogas y el crimen organizado.
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