IMAGEN ES PERCEPCIÓN
¿Solo maquillarán la LEPP?
No hay mejor manual para el estudio y comprensión de lo que beberían ser los procesos electorales y partidos políticos que el clásico texto de Maurice Duverger, politólogo francés, que hace referencia a la ley que dice: “A mayor solidez de un sistema de partidos políticos, menor será el número de estos”. Como lo es el caso de España, EE. UU. y Reino Unido. Lo que confirma que los sistemas políticos mejor establecidos en el mundo tienen sistemas bipartidistas.
El sistema de partidos políticos en Guatemala tiene una de las tasas de creación más alta de América Latina y a la vez la de mayor mortalidad de estas organizaciones. Es decir, un partido tiende a desaparecer, una vez ha ocupado su asiento en el poder Ejecutivo. Y en Guatemala un partido político es sinónimo de un caudillo y no de una organización democrática y participativa.
Hasta ahora solo ha habido partidos sin ideología concreta, sin valores, ni amor patrio. Encima, conformados por clanes familiares dispuestos a saquear al país en mara.
28 partidos que luego de la contienda electoral se convierten en dos. Algunos financiados por el crimen organizado, narcotráfico, etc. Partidos políticos que jamás realizan elecciones o debates internos, sino asambleas para elegir de una sola vez a su caudillo, que es el dueño y señor de este cuento.
Es importante entender que en la medida que funcione nuestro sistema electoral influirá también sobre el sistema de partidos políticos. Y para ello se requiere de una ley fuerte y con dientes, que rompa con los esquemas obsoletos que se han manejado hasta ahora.
En cada proceso electoral se evidencia la necesidad de contar con una Ley Electoral funcional, completa, previsora y adaptada a la realidad nacional. Las pasadas elecciones y el momento histórico que vivió el país evidenció la urgencia de realizar cambios a corto plazo, pero tampoco deben hacerse a la carrera y solo por maquillar el sistema.
El 1 de junio del 2016 entró en vigencia la primera generación de reformas, con las que se modifican varios artículos de la Ley Electoral y de Partidos Políticos. En general hay cambios importantes pero, ojo, porque no son los puntos vitales para frenar la corrupción. De no ser cambiados no podrá percibirse un beneficio real en el sistema electoral.
El presidente Morales se ha comprometido a promover reformas de segunda generación, que deberán ser presentadas el próximo lunes, pero es necesario que se escuche la voz del pueblo y se corrijan las falencias reales del sistema. Considerando que los métodos electorales deben expresar la complejidad de una voluntad masiva.
Así que, por favor presidente, no se olvide de los puntos vitales que realmente le interesan al pueblo para su propuesta… Y estos son: 1. La elección a diputados debe ser nominal y no por bloque. 2. Las elecciones a diputados y alcaldes deben ser dos años después de la elección del presidente y vicepresidente. (Esto, con el objeto de que la población ponga la atención debida a este proceso, considerando la importancia del trabajo que realizan los diputados y alcaldes. Si bien es cierto que es un costo económico mayor, sería una excelente inversión que garantizaría la calidad en ambos procesos). 3. No debe permitirse la reelección para ningún puesto público. 4. El financiamiento de los partidos deberá ser 100% estatal y no privado. 5. Establecer ciertos parámetros específicos que delimiten cuál es el perfil académico idóneo del candidato, la honorabilidad (que se reciban tachas con sus respectivas pruebas, antes de inscribir a un candidato) y que hayan realizado un trabajo comunitario.
Imagen_es_percepcion@yahoo.com