¿Le tememos al fracaso?
A más nos tardemos para algunos es mejor.
El fracaso es un amigo que debemos tener muy próximo a nosotros. Nos va a enseñar tanto o más de lo que imaginamos. Por ello esta frase me agrada mucho: He aprendido tanto de mis errores que estoy pensando en cometer algunos más. Y como buen maestro aprendamos de él. Cuando caigas, por lo menos limpia el piso pero, ¡haz algo!
1. El fracaso me motiva a superarme: el viejo refrán “errar es de humanos” es excelente, siempre y cuando aprendamos de ello. Podemos equivocarnos muchas veces, pero si el fracaso o el error no nos motivan a superarnos, sino por el contrario, caemos nuevamente en lo mismo, considera que la segunda es decisión propia. Por ello el fracaso me motiva a superarme y mejorar la situación.
2. El fracaso me permite fijarme metas más elevadas: Cada vez que caigo analizo lo sucedido y al reconocer y comprender lo sucedido me ayuda a determinar mejores y más altas metas y objetivos y con ello me acerco a la excelencia. El fracaso es, sin duda, una gran ayuda para superación personal y, en muchos casos, familiar, social y empresarial.
3. El fracaso me alivia el estrés y aunque nos suene raro, es verdad. Si ya fracasamos, ¿qué más puede suceder? A diferencia de muchos otros que aún no han fracasado, viven estresados por ese momento y eso los vuelve inseguros, inestables y les condiciona la reacción ante el fracaso mismo. A más temprano fracasemos, más rápido aprendemos y retomamos la senda del éxito.
4. Mejora la posibilidad de éxito: Todos deseamos ser exitosos. Y al aprender del fracaso nos permite ver al éxito más cerca. Esto es debido a que hemos analizado, nos hemos levantado, aprendido y ahora podemos emprender con decisión y enjundia la travesía hacia el éxito. Pero, ¿podemos volver a equivocarnos? Claro que sí. A diferencia del que no intenta nada y por ello no llega a nada, nosotros avanzamos y nos acercamos más al éxito.
5. El fracaso es un amigo: Si aprendemos en cada fracaso que tenemos, la experiencia que adquirimos es incontenible, tanto así que nos permite contribuir con los demás, partiendo del aprendizaje que hemos alcanzado, para evitar que a ellos le suceda lo mismo. El fracaso nos permite dejar un mapa del camino correcto por seguir cuando de triunfar se trata.
Todos queremos ser exitosos, y para llegar a ello debemos pasar por la escuela del fracaso, que no es un enemigo, sino un aliado en nuestro camino para esa aventura tan preciosa por alcanzar un logro, el éxito o la excelencia. Entonces, el que caigamos no es peligroso, es valioso. Hay que temerles a aquellos que se sientan a verte caer y que nunca, nunca, van a aprender nada.