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Estanflación: qué es, causas, consecuencias y una masterclass sobre cómo enfrentar los riesgos desde Guatemala

A consecuencia del alza de la inflación y del incremento de las tasas de interés, se prevé que el crecimiento económico mundial se desplome a partir de este año, lo que obliga a tomar previsiones. Prensa Libre organiza una masterclass sobre el tema y cómo las empresas deben reaccionar desde Guatemala, este 26 de julio.

Prensa Libre ofrece a sus suscriptores digitales una masterclass sobre cómo gerenciar un negocio en tiempos de estanflación mundial. Será el 26 de julio de 2022. Más detalles en la nota. (Foto Prensa Libre: AFP)

Prensa Libre ofrece a sus suscriptores digitales una masterclass sobre cómo gerenciar un negocio en tiempos de estanflación mundial. Será el 26 de julio de 2022. Más detalles en la nota. (Foto Prensa Libre: AFP)

La alta posibilidad de una estanflación en Estados Unidos y el resto de las economías avanzadas ya atraen la atención de los gobiernos en todo el mundo y por el momento, las autoridades monetarias de Guatemala vigilan la evolución de los indicadores, para descartar ese escenario.

Los términos recesión y estanflación se han vuelto más cotidianos ante la situación de la economía de Estados Unidos, sobre todo por la tasa de inflación que registra (8.6% a mayo), ya que es el principal socio comercial de Guatemala, lo que puede generar un shock a nivel interno dada la conexión en términos comercio exterior, inversión, importaciones, relación con el sistema financiero y porque, además, desde el país norteamericano se despacha el 98% de las remesas familiares.

Prensa Libre está organizando una masterclass para suscriptores en la que se tocará cómo liderar un negocio cuando hay riesgos de estanflación y cómo afecta directamente a Guatemala. Será virtual, este martes 26 de julio de 2022, a las 18:30 horas. 

Qué es estanflación

El término estanflación hace referencia a una condición económica en la cual se registra simultáneamente un bajo crecimiento económico y un aumento acelerado de la inflación, derivado de choque de oferta o de demanda.

Las autoridades del Banco de Guatemala (Banguat) aseguran que “una evaluación sistemática de las condiciones económicas que han prevalecido en el país a lo largo del tiempo permite concluir que en la historia económica no se han presentado episodios de estanflación, pues para que ello ocurra, la economía tendría que haber estado estancada y la inflación fuera de control, lo que no ha sucedido”.

De acuerdo con la literatura económica, el término “estanflación” fue acuñado a principios de la década de 1970, por la coyuntura económica de esa década, que se caracterizó por la coexistencia de altas tasas de desempleo, bajos niveles de crecimiento económico y una inflación persistente, debido, entre otros factores, a los elevados precios del petróleo.

“Desde el punto de vista de la banca central, este fenómeno implica un desafío importante en términos de política monetaria, dado que esta actúa sobre la demanda agregada en el corto plazo para alcanzar los objetivos de inflación, pero es menos efectiva para mitigar presiones originadas por factores de oferta”, expuso la banca central.

¿Habrá estanflación para EE. UU., y otros socios?

Al Banguat se le preguntó si existe posibilidad de una estanflación en EE. UU., y otros socios comerciales de Guatemala, a lo cual respondió que, “dado que la inflación se encuentra actualmente en niveles elevados en la mayoría de economías a nivel mundial y se estima que la oferta se expanda lentamente, existe el riesgo de que la tasa se mantenga alta durante más tiempo de lo previsto, lo que ha empezado a provocar que las políticas monetarias ampliamente acomodaticias que prevalecieron en los años previos, se tornen cada vez más restrictivas, sobre todo en EE.UU., lo cual afectaría la demanda agregada y ésta, a su vez provocaría una reducción de la inflación”.

Por lo tanto, dado que en la actualidad no existen las rigidices de precios observados en la década de 1970, es muy probable que las presiones inflacionarias vayan cediendo en la medida en que la demanda agregada pierda impulso, lo cual descartaría un escenario de estanflación en la economía estadounidense.

No obstante, el Banco Mundial (BM) publicó recientemente el análisis “La solución a la estanflación a través de la oferta”, firmado por el presidente de ese organismo, David Malpass, en el que se destaca que “poco más de dos años después de que la pandemia de COVID 19 provocó la recesión mundial más profunda desde la Segunda Guerra Mundial, la economía está nuevamente en peligro. Esta vez se enfrenta simultáneamente a niveles de inflación elevados y crecimiento lento.

Incluso si se evita una recesión mundial, las penurias de la estanflación podrían persistir durante varios años, con consecuencias potencialmente desestabilizadoras para las economías de ingreso bajo y mediano, a menos que se logren aumentos importantes en la oferta.

En el contexto de la guerra en Ucrania, el alza de la inflación y el incremento de las tasas de interés, se prevé que el crecimiento económico mundial se desplome en 2022. Las proyecciones más recientes del BM, reflejan una rebaja considerable en las perspectivas: se espera que el crecimiento mundial disminuya marcadamente, de 5.7 % en 2021 a 2.9 % este año. Esto también supone un recorte de casi un tercio en la previsión de enero de 2022, en la que se proyectaba 4.1 % para este año.

El alza de los precios de la energía y los alimentos, junto con las disrupciones en la oferta y el comercio provocadas por la guerra en Ucrania y la necesaria normalización de las tasas de interés ahora en curso, explican la mayor parte de esta rebaja”.

Y agrega que “el peligro de que la inflación superior al promedio y un crecimiento inferior al promedio persistan durante varios años —un fenómeno que no se observa desde la década de 1970— es considerable.  Dado que en muchos países la inflación se encuentra ahora en los niveles más altos en varias décadas, y puesto que se espera que la oferta se expanda con lentitud, existe el riesgo de que la tasa de incremento de los precios se mantenga más elevada durante más tiempo de lo que se prevé en la actualidad”.

 

Señales potenciales

Hay tres factores que pueden llevar a una economía a una condición de estanflación: desempleo elevado, aumento acelerado de la inflación y una drástica caída de la actividad económica.

Al respecto, el informe de Perspectivas Económicas Globales (también del BM), subraya que la “coyuntura económica actual se asemeja a la década de 1970 en tres aspectos: perturbaciones persistentes por el lado de la oferta, que generan niveles elevados de inflación y que han estado precedidas por un período prolongado de política monetaria ampliamente acomodaticia en las principales económicas avanzadas; perspectivas de debilitamiento del crecimiento económico; y vulnerabilidades que enfrentan las economías de mercados emergentes y en desarrollo (como la de Guatemala) respecto al endurecimiento de la política monetaria, una medida que será necesaria para controlar la inflación.

A lo que el Banguat indica que, a pesar de haber muchas similitudes, la coyuntura actual difiere de la década de 1970, en varios aspectos: el tipo de cambio del dólar estadounidense es fuerte; los aumentos porcentuales de los precios de las materias primas son menores; y los balances de las principales instituciones financieras son sólidos.

Y a diferencia de la década de 1970, los bancos centrales de las economías avanzadas y muchas en desarrollo ahora tienen mandatos claros para la estabilidad de precios y, en las últimas tres décadas, han establecido un historial creíble en cuanto al logro de sus objetivos de inflación.

¿Cómo prepararse?

Desde una perspectiva empresarial, Luis Alfonso Bosch, presidente de la Cámara de Industria de Guatemala (CIG), aseguró que, en el corto plazo, es muy probable que Estados Unidos entre en recesión, aunque nunca se ha presentado este fenómeno mientras el empleo sigue subiendo, aunque consideró que se prevé que la Zona euro entre en recesión leve a finales de este año, o principios de 2023.

“La inflación está en su nivel más alto en 40 años en Estados Unidos, lo cual ejerce presión sobre la Reserva Federal (Fed) para incrementar las tasas de interés, lo que aumenta la probabilidad de recesión en los próximos 20 meses. De hecho, ya comienzan a subir las tasas hipotecarias en Estados Unidos, afectando negativamente la compra de viviendas y las nuevas construcciones”.  En todo caso, los efectos transitorios sobre la industria guatemalteca no serán del todo positivos en el corto plazo, advirtió.

Sobre cómo se deben preparar las empresas guatemaltecas ante una posible estanflación, mencionó que se debe ahorrar, para no perder de vista la necesidad de seguir invirtiendo en el futuro. Ello, porque la formación bruta de capital cayó en términos constantes 18% en 2009 y 10% en 2020 (cuando se presentaron crisis) y para la región Latinoamérica y el Caribe (LAC) cayó 11% en 2020.

“Las previsiones en consenso coinciden en que no se ve venir una crisis de esa magnitud, sino una recesión en línea con el promedio histórico, tal vez del -1%. Se recomienda invertir para poder satisfacer la alta demanda como efecto rebote post-recesión, como se dio en 2021 con la pandemia”, destacó.

Y el Banguat recalcó que no parece haber condiciones para que se geste un escenario de estanflación en los EE. UU., ootros socios comerciales del país; pero de darse el caso, en Guatemala, tanto la política monetaria como la política fiscal cuentan con adecuados márgenes de maniobra para adoptar medidas que contribuyan a afrontar las dificultades que se asociarían a la materialización de tales riesgos.

Sobre las consecuencias, señalan que las perspectivas de crecimiento económico siguen siendo positivas y no se prevén cambios significativos, de tal forma que la economía guatemalteca crecería entre 3% a 5% en 2022, lo que es consistente con la evolución de los principales indicadores económicos de corto plazo, mientras que la inflación se moderaría gradualmente, retornando a niveles compatibles con la meta de 2023.

Las recomendaciones del BM

Para evitar un período prolongado de estanflación, el Banco Mundial (BM) sugiere a los responsables de formular políticas en todo el mundo que se centren en cinco áreas clave:

  1. Limitar los perjuicios para las personas afectadas por la guerra en Ucrania. Para esto será necesario coordinar la respuesta a la crisis, lo que incluye el suministro de alimentos, asistencia médica y financiera de emergencia a las zonas devastadas por la guerra, y la distribución de la carga que supone albergar, apoyar y tal vez reubicar a los refugiados y las personas desplazadas internamente.
  2. Contrarrestar el alza de los precios del petróleo y los alimentos. Es esencial aumentar la oferta de productos básicos energéticos y alimentarios clave. Los mercados miran hacia adelante, por lo que incluso los meros anuncios sobre la oferta futura ayudarán a reducir los precios y las expectativas inflacionarias. Todos los países deben reforzar sus sistemas de protección social y evitar las restricciones a la exportación e importación que agravan el aumento de los precios.
  3. Acentuar los esfuerzos para el alivio de la deuda. Las vulnerabilidades derivadas de la deuda ya eran graves para los países de ingreso bajo aun antes de la pandemia. A medida que el sobreendeudamiento se extienda a los países de ingreso mediano, aumentarán los riesgos para la economía mundial si no se logra un alivio rápido, integral y de gran magnitud.
  4. Mejorar la preparación sanitaria e intensificar la labor para contener la COVID 19. La ampliación de los programas de inmunización en los países de ingreso bajo, incluida la vacunación contra la covid-19, debe ser una clara prioridad mundial.
  5. Acelerar la transición hacia fuentes de energía con bajos niveles de emisión de carbono. Para reducir la dependencia respecto de los combustibles fósiles se necesitarán más inversiones en redes eléctricas, fuentes de energía menos contaminantes y mayor eficiencia energética. Los funcionarios encargados de formular políticas en los países deben crear marcos regulatorios climáticamente inteligentes, ajustar las estructuras de incentivos y fortalecer las regulaciones sobre el uso de la tierra.

Ver los indicadores de corto plazo

Hay una lista de indicadores a los que los agentes económicos deben prestar atención para los siguientes seis meses:

  • Indicadores adelantados, retardados y coincidentes. El primero se refiere a tendencias futuras.
  • Un indicador retardado es una tendencia histórica. Por ejemplo, se ha visto que cuando EE. UU. entra en recesión, la economía de Guatemala se desacelera.
  • Indicadores coincidentes que se deben atender son el empleo y el ingreso personal, ya que indican de la situación actual de la economía. Además, juega un papel clave en determinar si la recesión se convierte en estanflación.
  • El mercado inmobiliario nos da una idea de las expectativas de los constructores a futuro. Si este mercado sube, se espera una mejora a corto o mediano plazos.
  • El comportamiento futuro de la inflación, aunque se especula que puede estar llegando a su tope.

La autoridad monetaria detalló que las decisiones del Banguat se fundamentan en un análisis integral del escenario macroeconómico nacional e internacional, considerando las proyecciones de crecimiento económico e inflación, que permitan anticipar que la respuesta de la política monetaria sea prudente y oportuna, de tal forma que mitigue la materialización e impacto de los riesgos que puedan afectar el desempeño de la actividad económica y el nivel general de precios.

Se monitorea y centra la atención en las perspectivas de crecimiento económico de los principales socios comerciales del país y a lo interno, los indicadores adelantados de la actividad económica, índices de confianza, los pronósticos de inflación total, subyacente e importada), así como las expectativas de inflación de los agentes económicos, entre otras variables.

Mucha prudencia

Paul Boteo, director ejecutivo de la Fundación Libertad y Desarrollo, y Abelardo Medina, analista del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), coinciden en que en este momento no se puede hablar aún de que la economía de EE. UU., esté en una recesión, pero ya hay expectativas reales, por los movimientos que ha realizado la Fed para contener la inflación en ese país.

“La economía de EE. UU., pueda tener un crecimiento a cero o negativo que seguramente va a afectar a Guatemala. Al ritmo que se observa, es que habrá una desaceleración económica y todos los países del mundo tendrán una desaceleración con lo visto el año pasado”, destacó Medina.

Boteo afirmó que hay incertidumbre y por lo menos las bolsas de valores se han estabilizado en comparación con lo observado hace algunas semanas, y pareciera que los mercados están más calmados.

“Hay signos de que está aumentando el inventario de casas y eso significa que las personas están comprando menos, pero los precios todavía están manejables. Hay que esperar los datos para determinar cómo se comportó la economía estadounidense, para tener señales claras”, concluyó.

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