Economía
|Suscriptores
Pandemia, consumo e inflación: ¿Hora de sustituir productos?
En Centroamérica, los comportamientos de compra cambiaron desde el año de la pandemia, pero hoy se trata de gastar menos, debido a la inflación.
Los comportamientos de compra cambiaron desde el año de la pandemia en la región, pero ahora debido a la inflación. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca)
Desde el inicio de la pandemia en el 2020, se observaron cambios en los patrones de consumo. Y aunque las visitas a los puntos de venta los fines de semana perdieron relevancia en varios países de Centroamérica, Guatemala los ha venido recuperando y ahora, las personas visitan los comercios, casi como se acostumbraba hasta el año previo.
A pesar de que la afluencia de los consumidores a los diferentes puntos de venta disminuyó en la post pandemia, en 2021 el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de Centroamérica, se consolidó con un 8% más respecto al 2019, lo que ha sido impulsado por una dinámica positiva en el comportamiento del mercado regional. Comparado con el 2020, dicho crecimiento promedio fue de 4.6%
Las categorías que lideran la demanda de los consumidores son los productos congelados para cocinar, así como los de salud, que muestran un crecimiento sostenido desde el 2020, hasta la fecha.
Por otro lado, la canasta de consumo incrementó su valor en un 40% respecto al 2019, pero la sorpresa es que es más por el aumento en la cantidad de unidades que por alza de los precios, los cuales se han mantenido en niveles similares al año previo al de la pandemia.
En lo referente a categorías analizadas en los periodos críticos del covid19, la mayoría tiene una base mayor respecto al año de comparación indicado, refiere un estudio realizado por la firma Dichter&Neira.
Ese patrón de comportamiento se evidencia también en la rutina de compra. Los mercados que concentraban su mayor venta los fines de semana, se vieron afectados por las medidas sanitarias. Actualmente, tienen un tráfico entre semana, superior al que había antes del 2020.
Otro dato importante es que si bien, la afluencia de visitantes a los puntos de venta disminuyó en un 23%, el desembolso en cada oportunidad de compra fue superior: el gasto por visita creció 40% en 2021, comparado con el 2019 (que fue un año normal, no así el 2020).
Según Dichter&Neira, por cada visita al denominado canal moderno (que engloba la comercialización de productos de manera masiva en un local, los consumidores tienen acceso libre a una variedad de productos y ellos mismos se encargan de buscar y elegir el producto de su necesidad sin involucrar a intermediarios) el consumidor gasta un promedio de $19.74.
Esto significa un crecimiento de 39% comparado con el año prepandemia, aunque el ticket de compra en cada región es distinto. Honduras tiene el mayor promedio con $29; seguido de Costa Rica, $24; Panamá, $22; Nicaragua $18; El Salvador $17 y Guatemala tiene el más bajo con $16.
Estamos entrando a otro patrón de comportamiento
A diferencia de los otros países, en Guatemala, el domingo recupera su importancia como día de mayor venta, mientras que, en El Salvador, el posicionamiento se da de miércoles a viernes. Nicaragua no observa cambios significativos, manteniendo esa dinámica durante la semana y para Panamá, los viernes se convirtieron en el día de mayor consumo. Sin embargo, en Costa Rica, en 2021, el 49% de las ventas se realizó en el fin de semana, comparado con el 52% del 2019.
“Unos patrones de compra van a continuar con esa tendencia positiva como lo que tiene que ver con el comercio electrónico, que ya venía antes de la pandemia, pero ésta lo vino a acelerar. Es algo que va a continuar sucediendo, con un marco regulatorio, del cual se carece al día de hoy”, subraya el analista Ricardo Rodríguez, del Central American Business Intelligence (CA-BI).
Ahora, el tema de la inflación y el encarecimiento de los combustibles genera un escenario complicado que estaría influyendo en que el trabajo en casa siga prevaleciendo.
“Prácticamente, estamos a las puertas de otro cambio de patrones de consumo, pero más que todo, por un presupuesto que no alcanza y que no permite comprar todo lo que se desea. O sea, más por efectos del poder adquisitivo, que por efectos de la pandemia”, acota el entrevistado.
Es una situación que invita a especular con que la inflación estaría cerrando en niveles cercanos al 5% este año, lo que dependerá de cómo evoluciona el factor externo.
Otras tendencias
Por otro lado, con la pandemia se observaron cambios en los patrones de consumo generando una fuerte contracción en tiendas por departamento, principalmente en ropa y aunque se ha venido normalizando, hasta ahora no se ha logrado llegar a niveles prepandemia, comenta Rodríguez.
Contrario a lo que se observa en la canasta de consumo, el sector construcción, por ejemplo, está afectado por el tema de precios. “El año pasado, los precios de materias primas como el acero, la madera, han subido, pero en cuanto a demanda, esta se ha incrementado porque las personas permanecen más en casa, lo que ha dado espacio al establecimiento de un sistema híbrido. Y muchas familias se vieron en la necesidad de hacer reparaciones o ampliaciones en sus hogares para construir algún tipo de oficina o lugar de trabajo”, explicó.
Eso impulsó la demanda de vivienda nueva y de remodelación y la misma situación ha incidido en el caso del retail de artículos para el hogar, como del comercio de alimentos que se ha mantenido con amplia demanda, a excepción de los servicios de restaurantes y hotelería, que han resultado muy afectados y aún no se recuperan, expuso Rodríguez.