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Qué causó los problemas de algunos bancos de EE. UU., y por qué esta situación no debería agravarse
Tres bancos en Estados Unidos y dos en Europa, han desatado una tormenta en el sistema bancario internacional y han sembrado dudas sobre su estabilidad.
El primer banco que presentó problemas fue el Silicon Valley Bank, otras entidades internacionales presentaron dificultades posteriores. (Foto, Prensa Libre: AFP).
¿Por qué tuvieron que ser intervenidos varios bancos en Estados Unidos? ¿Estamos en una situación similar a la de 2008? ¿Hacia dónde va el sistema financiero internacional?
Estas son las preguntas obligadas ante el hecho de que, en cuestión de pocos días, la economía global entró en una nueva ola de incertidumbre y alta volatilidad, debido a que varios bancos en Estados Unidos y uno en Europa, hasta el momento, han presentado problemas que amenazan al sistema financiero mundial.
Lo primero que se debe decir sobre los tres bancos de Estados Unidos, es que no quebraron, sino que enfrentaron problemas de liquidez que los llevó a una crisis de confianza y posteriormente, fueron intervenidos. Esta distinción es importante. Cuando quiebra un banco, es porque sus activos no son suficientes para cubrir sus pasivos. En otras palabras, hay bancarrota cuando los bancos son incapaces de cumplir sus obligaciones de pago, aunque pudieran vender todos sus activos en ese momento.
En el caso de Silicon Valley Bank, el problema que disparó la crisis fue que sus depositantes iniciaron un retiro masivo de depósitos. Al principio no porque desconfiaran del banco, sino porque necesitaban ese dinero para enfrentar los problemas que están atravesando en su sector. Cabe recordar que este banco estaba especializado en recibir depósitos de empresas tecnológicas, que están pasando por momentos difíciles y ahorita necesitan liquidez.
El inconveniente es que este banco tenía gran parte de sus fondos invertidos en Bonos del Tesoro de Estados Unidos, lo que se considera seguro, debido a que se cree que el gobierno de Estados Unidos nunca incumplirá su deuda y porque se venden fácilmente. No son activos “tóxicos” o créditos altamente riesgosos, como sucedió en la crisis de 2008.
Sin embargo, el banco había comprado esos bonos cuando las tasas de interés estaban bajas. Ahora que estas subieron, para obtener el mismo rendimiento actual, estos bonos deben venderse con descuento. Cuando Silicon Valley Bank realizó la venta de una parte de sus bonos, tuvo pérdidas de casi US$$2 millardos, lo cual provocó una crisis de confianza entre sus clientes.
El banco no había quebrado con estas pérdidas, pero la crisis de confianza fue de tal magnitud, que no pudo hacer frente a los retiros masivos y finalmente fue intervenido. En el caso de los otros dos bancos, Signature Bank y First Republic Bank, con algunas diferencias, también enfrentaron una crisis de liquidez y de confianza, que llevó a la intervención del primero y a la ayuda coordinada de once bancos por US$30 millardos para afianzar la liquidez del segundo.
¿Qué tan estable está el sistema bancario de EE. UU.?
Estos eventos podrían levantar serias dudas sobre la estabilidad del sistema bancarios de Estados Unidos. Después de todo, Silicon Valley Bank y Signature Bank son el segundo y tercer rescate más grande en la historia de Estados Unidos, respectivamente.
Sin embargo, es importante señalar que los tres bancos en problemas representan, en conjunto, tan sólo el 2.3% de total del sistema bancario de Estados Unidos. En comparación, JPMorgan, el banco más grande de ese país, representa el 14%.
Entonces, a pesar de que estos bancos son relativamente pequeños, la Reserva Federal (Fed) utilizó todas las herramientas a su alcance para evitar que cayeran. En primer lugar, garantizando todos los depósitos que se hicieron en estos bancos, aun cuando superen el límite de US$250 mil establecidos en la ley. Eso brindó cierta tranquilidad a los clientes de estos bancos.
Además, la Fed abrió líneas de crédito para los bancos que necesiten liquidez, utilizando como contrapartida los bonos del tesoro de los Estados Unidos y otros instrumentos financieros. Esto es una forma de evitar que los bancos sufran pérdidas por tener que vender los bonos que adquirieron cuando las tasas de interés estaban bajas.
Contrario a otras ocasiones, la banca central estadounidense está actuando de forma contundente ante el menor indicio de desconfianza sobre el sistema, para evitar que se propague el pánico. Las bolsas de valores respiraron momentáneamente ante estas acciones, pero la volatilidad y la incertidumbre han continuado en los días posteriores.
Lo que preocupa es si el aumento excesivo de liquidez por parte de la Fed en los últimos años habría provocado una burbuja en el sistema financiero, que estaría por explotar. El crédito se expandió fuertemente en los últimos tres años, pero la tasa de mora aún se encuentra estable.
Por el momento, el principal peligro son las pérdidas de US$660 millardos que registró el sistema bancario a diciembre de 2022, por la reducción de valor de los bonos mencionados, que fueron comprados cuando las tasas de interés estaban bajas. Estas pérdidas solo están en libros y se materializarían en el momento en que los bancos tengan que venderlos. Por esa razón, como se mencionó anteriormente, la Fed está otorgando crédito contra esos bonos. A ver si la estrategia tiene éxito.
¿Cómo cambian las perspectivas de inflación y crecimiento?
Los problemas de estos bancos complican el panorama para la Fed y el Banco Central Europeo (BCE). La perspectiva era que iban a continuar subiendo las tasas de interés y retirando liquidez del mercado para combatir una inflación que resultó más persistente de lo esperado. Si continúan con el plan original, aumentan las probabilidades de una crisis financiera. Y si deciden incrementar la liquidez, la inflación persistirá.
El BCE, que está tratando de contener la crisis provocada por el Credit Suisse, ha decido aumentar la tasa líder en 0.50%, indicando que el combate a la inflación debe continuar, a pesar de las turbulencias financieras. Es muy probable que la Fed siga el mismo camino, aunque se esperaría que la tasa líder se incremente en 0.25% y no en 0.50% como se preveía originalmente. Ambos bancos centrales tendrán que hacer “malabarismos” tratando de alcanzar dos objetivos opuestos entre sí.
Por otra parte, estas turbulencias financieras provocarán un mayor enfriamiento de la economía, en la medida en que los agentes económicos sean más cautos en sus decisiones de consumo e inversión. Los efectos finales dependerán de cuánto más se extienda la incertidumbre sobre le sistema financiero.
Por último, en cuanto a la influencia que estos hechos pueden tener sobre el sistema financiero de Guatemala, cabe decir que los bancos locales son bastante conservadores al momento de otorgar créditos, por lo que no habría motivos de preocupación.
Y aún cuando se concretaran los peores escenarios en el sistema financiero internacional, los bancos locales lograrían resistir bastante bien la tormenta, como ha sucedido en las últimas dos crisis mundiales.
Paul Boteo es director ejecutivo de la Fundación Libertad y Desarrollo.