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Verificamos por usted: ¿Es Guatemala uno de los países más vulnerables al cambio climático?
La región es vulnerable no solo por factores globales, sino por la pobreza de más de la mitad de su población que no han podido superar los Estados.
Guatemala está en el top 20 de los países más vulnerables a eventos climáticos, según el Germanwatch. (Foto Prensa Libre: EFE)
Las tormentas Eta e Iota dejaron evidencia de cuán indefensa es Centroamérica ante los fenómenos climáticos. En Guatemala, decenas de personas murieron y otras desaparecieron. Las pérdidas fueron por más de Q6 mil millones en viviendas destruidas, daños agropecuarios y el costo que requirió la atención a la emergencia, según cálculos del Gobierno.
Centroamérica es una de las regiones que más padece los embates del cambio climático, y según Raúl Maas, del Instituto de Agricultura, Recursos Naturales y Ambiente (Iarna) de la Universidad Rafael Landívar, son factores globales los que determinan cómo impactará ese cambio en la región.
Esta vulnerabilidad propia de la región se intensifica por factores socioeconómicos que los Estados no han podido resolver, como la pobreza. Distintas mediciones coinciden con que más del 50% de los centroamericanos sufren esta condición y, de este porcentaje, la mayoría está concentrada en Guatemala, El Salvador y Honduras.
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La población que padece estas limitaciones es la que más sufre ante fenómenos climáticos, ya que sus viviendas están asentadas en zonas de riesgo y a menudo pierden sus propiedades. Por esa razón, eliminar la pobreza podría ayudar a reducir la vulnerabilidad, explica Maas.
“Hay temas clave para reducir la vulnerabilidad en la región. Por ejemplo, la desnutrición crónica. Resolver este problema es clave. La inadecuada gestión de los bienes y servicios ambientales como agua, suelo y bosques acrecienta la vulnerabilidad”, insiste.
Raúl Maas, Universidad Rafael Landívar
Raúl Maas, Universidad Rafael Landívar
Factores como corrientes oceánicas, movimiento de viento y la manera como se comporta el clima en Europa y el Pacífico Ecuatorial inciden en condiciones ambientales que se viven en esta región.
¿De dónde salió la información?
El 22 de septiembre último, el presidente Alejandro Giammattei participó en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, en la cual afirmó que Guatemala es uno de los países más vulnerables a los embates del cambio climático. “Guatemala es reconocida como uno de los países de mayor riesgo y vulnerabilidad a nivel mundial a causa de eventos climatológicos. A pesar de ello seguimos recuperándonos de los daños generados por los desastres naturales, lo cual ha obligado a realizar esfuerzos para rehabilitar los servicios e infraestructura pública y la producción agropecuaria. Hemos atendido a comunidades completas”, dijo Giammattei en esa ocasión. El mandatario solicitó a la Asamblea que el área centroamericana sea reconocida como una región “altamente vulnerable” al impacto de fenómenos naturales, con el fin de optar a financiamiento ágil y acceso a seguros que ayuden a reconstruir la infraestructura.
¿Cuál es el contexto?
El cambio climático se debe al calentamiento de la Tierra a lo largo de los años. Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), las actividades humanas han causado un aumento en la temperatura global de unos 1.1 grados celsius respecto de los niveles preindustriales. Se estima que el calentamiento podría llegar a 1.5 entre 2030 y 2052, si se mantiene el ritmo actual. Tania Guillén, investigadora del Centro de Servicios Climáticos de Alemania (Gerics), explica que uno de los factores que causan el calentamiento es el aumento en la concentración de gases de efecto invernadero, por la quema de combustibles fósiles. “El petróleo, que antes estaba acumulado bajo la tierra, la humanidad lo comenzó a quemar. Eso genera gases de efecto invernadero que hacen que la atmósfera acumule más calor que antes”, comenta. Añade que los gobiernos deberían destinar más recursos a tecnologías limpias y a transporte público limpio y eficiente, pues lo que se observa es que los presupuestos nacionales continúan incentivando el uso de combustibles fósiles. “Si revisamos presupuestos nacionales hay gran parte de los recursos que se destina a subsidiar combustibles fósiles, que bien podrían redireccionarse, por ejemplo, a ciudades con transportes públicos limpios y eficientes, lo que haría que menos población tenga necesidad de comprar carro. Eso es importante ya que los autos dependen de los combustibles fósiles”, comenta.
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Verdadero
Información cierta y confirmada por fuentes confiables.
El índice de riesgo climático global (ICG) del Germanwatch posicionó en 2014 a Guatemala en el top 10 de países más afectados por el cambio climático entre 1993 y 2012. Este índice analiza en qué medida los países se han visto afectados por los impactos de fenómenos como tormentas, inundaciones, olas de calor, etcétera. El ICG más actualizado, que se publicó este año, ubicó a Guatemala en el puesto 16 de países más vulnerables al riesgo climático entre 2000 y 2019. Esta situación se agrava por los niveles de pobreza y el porcentaje de la población que reside en lugares inseguros ante eventos extremos del clima. Según un estudio del Iarna de agosto de 2020, el 72.33% de los lugares poblados están expuestos a categorías de riesgo medio, alto y muy alto a desastres. Asimismo, 12 de los 22 departamentos del país tienen más del 70% de sus poblados en categorías de riesgo medio, alto y muy alto. Guillén explicó que la pobreza intensifica esta vulnerabilidad. “Gran parte de la población no tiene los medios para hacer frente a fenómenos meteorológicos. Viven en áreas de riesgo que durante la incidencia de un huracán pueden ser áreas de deslizamientos. Son pérdidas que enfrenta la población con menos recursos y posteriormente no tienen capacidad de recuperar sus bienes o recursos que pierden por las sequías”, afirmó. Maas indicó que las acciones que podría tomar el Estado para reducir la vulnerabilidad no se están implementando. Parte de estas tiene que ver con una mejora en la gestión de desechos sólidos y líquidos. Ejemplo de esas omisiones estatales son las plantas de tratamiento de aguas servidas que todas las municipalidades deben tener. Esta es una obligación que se emitió desde 2006 en un acuerdo gubernativo, pero el cumplimiento de esta responsabilidad se ha prorrogado por más de diez años, ya que su costo de inversión es alto para las comunas y no genera réditos políticos.
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