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Verificamos por usted: ¿Es posible una cobertura total de la educación a distancia?
Las guías de aprendizaje pretenden facilitar el estudio remoto, pero los alumnos muchas veces carecen de orientadores.
El ciclo escolar 2021 se inició esta semana. Desde el año pasado estaba claro que el retorno a clases sería gradual, por la pandemia del nuevo coronavirus, y la posibilidad de que estas fueran presenciales dependería de la magnitud de los contagios.
Como medida de prevención, el Ministerio de Educación (Mineduc) dispuso que en los municipios cuyo semáforo marque rojo los niños no podrán asistir a clases por el riesgo alto de contagios, y en aquellos que alcancen la alerta anaranjada, amarilla o verde se debe implementar un modelo híbrido.
Actualmente, 49 municipios están en rojo y sus estudiantes ya iniciaron el ciclo desde casa. En alertas anaranjada y amarilla hay 291, en los cuales funcionan 29 mil 880 establecimientos educativos y en estos las clases serán semipresenciales.
De parte del Mineduc, una de las estrategias para mantener la educación a distancia, desde que comenzó la pandemia, en marzo de 2020, fueron las guías de aprendizaje y la transmisión de clases a través del Canal del Gobierno.
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Para el ciclo 2021, que empezó el pasado lunes, el Mineduc expuso que reforzará el modelo híbrido con la estrategia Aprendo en casa y en clase, que incluye transmisión de sesiones de aprendizaje por Canal 13, de 9 a 13 horas, y por Canal del Gobierno, en emisiones de 10 a 14 horas, de lunes a viernes.
No obstante, persisten las dudas respecto de si existen las condiciones a escala nacional, específicamente en áreas rurales o semiurbanas, para cumplir con este modelo.
En cuanto a la educación privada, los obstáculos para sostener las orientaciones remotas no parecen mayores.
Diana Brown, presidenta de la Asociación de Colegios Privados, explicó que los establecimientos agremiados adquirieron experiencia desde el año pasado en el uso de plataformas digitales.
Para este año, en su mayoría, los colegios estaban preparados. La educación se ha sostenido gracias a teléfonos celulares o computadoras, a través de aplicaciones como Google Meet o Zoom.
La asociación está integrada por 140 establecimientos, en su mayoría de la capital, aunque también tiene agremiados de Petén, Jalapa, Huehuetenango, Escuintla, Cobán y Quetzaltenango, según Brown.
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E reto parece persistir en las escuelas del sector público, cuyos estudiantes procuran aprender a través de guías de aprendizaje, pero en muchas ocasiones carecen de un docente que los ayude a resolver dudas.
El pasado 11 de enero, en una citación en el Congreso, el viceministro administrativo de Educación, Érick Mazariegos, fue cuestionado respecto de las acciones que emprendió el Mineduc para sostener la educación a distancia.
El funcionario aseguró que se tenía previsto adquirir dispositivos digitales, aunque no precisó fecha.
Según datos del Censo del 2018, en el país 388 mil 675 hogares no tienen acceso a una red de energía eléctrica.
El 36 por ciento de la población no cuenta con una red de telefonía celular y el 77 por ciento carece de una computadora.
En cuanto al internet, solo tres de cada 10 guatemaltecos gozan de este servicio.
La población con menos acceso a esas herramientas tecnológicas reside en Guatemala, Alta Verapaz, Huehuetenango y San Marcos.
Jorge Monterroso, director de la Escuela Oficial Rural Mixta de la Aldea El Cambote, en la cabecera de Huehuetenango, relata que la falta de herramientas tecnológicas en algunos hogares dificulta el aprendizaje de los niños.
Ese no es el único obstáculo. A pesar de que se distribuyen las guías de aprendizaje, los estudiantes no tienen la ayuda de un adulto en casa, ya que los padres no están preparados o no tienen tiempo, añade Monterroso, en cuya escuela están inscritos 757 estudiantes.
Respecto de las clases que se transmiten por canales oficiales, el docente comentó que no todos los estudiantes tienen un televisor en su vivienda.
“A veces tampoco hay señal para sintonizar los canales. Ha sido difícil. Los alumnos necesitan cable para tener acceso al canal”, señaló Monterroso.
Esther Ortega, analista en asuntos de educación, considera que aunque en áreas rurales el acceso a la red de energía eléctrica y a dispositivos digitales es limitada, el Mineduc podría contratar horas en cafés internet ubicados en los cascos urbanos para que los estudiantes reciban clases.
“A veces los hogares no tienen luz, pero en el casco urbano sí la hay. El Mineduc podría dar una tarjeta a los estudiantes para que asistan a un café internet”, sugirió.
Prensa Libre intentó comunicarse con las autoridades del Mineduc para conocer las estrategias que siguen para reducir las brechas tecnológicas, pero al cierre de esta nota no se había recibido respuesta alguna.