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Verificamos por usted: ¿La fuerza de tarea anticorrupción es una estrategia nueva?
La vicepresidenta anunció este grupo de trabajo como un esfuerzo "renovado" por atacar las causas de la migración.
La vicepresidenta Kamala Harris aseguró en Guatemala que el enfoque de trabajo para mitigar las causas de la migración es nuevo. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)
La nueva administración gubernamental en los EE. UU. ha marcado un cambio en la estrategia para frenar el flujo de migrantes. De la construcción de un muro en la frontera sur, propuesto por el expresidente Donald Trump, ahora el mensaje de la Casa Blanca se centra en combatir el desvío de los recursos públicos para fines particulares.
La preocupación del Gobierno de EE. UU. cobró fuerza con la visita de la vicepresidenta Kamala Harris, el pasado lunes, quien enfatizó que la corrupción provoca daños a las vidas humanas y perjudica la capacidad de los Estados para satisfacer las necesidades básicas de la población.
Los anuncios ocurren luego de que durante los primeros meses del actual año fiscal se reportaran alzas en el número de niñez no acompañada y familias que migran hacia ese país con la esperanza de mejorar sus condiciones de vida. Frente a esa situación, Biden nombró a Harris para hacerse cargo de esta crisis humanitaria.
En la conferencia de prensa de Harris y el presidente Alejandro Giammattei se anunció que la lucha contra la corrupción “es un componente esencial” en la estrategia del Gobierno para frenar inmigración irregular.
Además, Harris anunció que su gobierno crearía una fuerza de tarea anticorrupción, y la calificó de un esfuerzo “renovado”, en comparación con lo que se hizo en anteriores administraciones.
“El trabajo que hacemos para promover esta prioridad —luchar contra la corrupción— es crear un grupo de tarea anticorrupción. Este es un esfuerzo renovado en nombre del Departamento de Justicia, del Tesoro y de Estado de EE. UU.”, afirmó Harris.
La vicepresidenta dijo que el aprovechamiento de recursos públicos para fines particulares “pone en peligro la capacidad de cualquier país de aprovechar al máximo sus recursos naturales para ayudar y apoyar a sus ciudadanos”.
Esta fuerza incluiría a fiscales y especialistas de EE. UU. para investigar y enjuiciar casos de corrupción que tengan nexos con ese país. Además, se confiscarán activos obtenidos ilegalmente en Guatemala, El Salvador y Honduras y se brindará asesoría a fiscales del Ministerio Público.
En las últimas semanas, la administración de Biden ha enfrentado múltiples críticas de los republicanos por no haber visitado aún la frontera suroeste de EE. UU., en donde aumentó el número de niñez y adolescentes sin acompañamiento.
Además, responsabilizan a la administración Biden-Harris de ser complaciente y alentar que más centroamericanos migren al país.
De tal cuenta, la visita de Harris se produce en un momento de tensión política y algunos mensajes, como el “do not come” (no vengan) dirigido a los migrantes, parecieran más ser una respuesta a las críticas republicanas, opinó Pedro Pablo Solares.
“Esta visita fue en el marco de una pugna política partidaria en la cual la oposición culpa a Biden de estas crisis migratorias”, dijo Solares.
En la historia existen iniciativas en las relaciones bilaterales entre EE. UU. y los países del norte de Centroamérica en los que se ha priorizado el desarrollo económico para favorecer el desarrollo en las comunidades más vulnerables. De tal cuenta, Guatemala recibió en el 2018 y en el 2019 un promedio de US$194.4 millones durante la administración Trump.
A diferencia del actual gobierno, Trump quiso aplacar la migración por medio de la construcción de un muro. Hasta septiembre del 2020, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza se jactaba de haber construido 570 kilómetros, pero según una investigación de la cadena BBC unos 451 kilómetros eran sustituciones o reparaciones de estructuras ya existentes que estaban deterioradas. Eso quiere decir que solo se construyeron 56 kilómetros de muro.
Con Barack Obama se impulsó el Plan Alianza para la Prosperidad, que contemplaba cuatro ejes estratégicos, dentro de los cuales se encontraba el desarrollo del capital humano, dinamización del sector productivo, seguridad y justicia y fortalecimiento institucional y transparencia.
No obstante, el interés de participar más activamente en la lucha contra la corrupción creando una fuerza de tarea dedicada a este tema no se había instalado previamente.
Úrsula Roldán, experta en temas migratorios, explica que hay varias fuerzas tarea que han trabajado de manera conjunta con EE. UU., específicamente en tráfico ilegal de mercancías y narcotráfico.
Roldán considera que la fuerza de tarea anticorrupción es distinta porque ve la corrupción en un nivel regional, y que podría también encargarse de darle seguimiento al flujo financiero del dinero ilícito.
“Hay problemas que van trenzados, como la corrupción, impunidad, migración y narcotráfico”, dice Roldán.
Por su parte, Gabriel Orellana, excanciller, comenta que aún hace falta determinar cuáles serán los alcances de este grupo de trabajo y qué entenderá por corrupción. Advierte que hay una diferencia en la estrategia con relación a Trump.
“A Trump le importaba un comino la corrupción en Guatemala, siempre y cuando él pudiera instrumentalizar al país para sus propios fines. Él cambió la perspectiva y decidió construir un muro, pero se hacía de la vista gorda de los desmanes que pasaran en Guatemala. Hay más conciencia de la corrupción en este gobierno (de EE. UU.) que en el anterior”, comentó Orellana.