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El duro discurso de Giammattei en la OEA; sus razones y posibles consecuencias

Analistas coinciden en que las inconformidades se suelen canalizar por otros medios y que se debieron calmar los ánimos en vez de seguir publicitar una mala imagen del país.

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El presidente Alejandro Giammattei, durante su discurso en el Consejo Permanente de la OEA, donde por momentos se vio exaltado. Lo acompañan, Luis Almagro, secretario genera de la organización y Elizabeth Darius-Clark, actual presidenta del Consejo Permanente. (Foto Prensa Libre: Gobierno de Guatemala)

El presidente Alejandro Giammattei acudió a la sede de la Organización de Estados Americanos (OEA) a manifestar su inconformidad con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) por haber incluido a Guatemala en el capítulo 4.B del informe 2021 de este ente que lo pone a la par de países como Nicaragua, Cuba y Venezuela en cuanto a violaciones a los derechos fundamentales.

En una acción que raras veces se ve en jefes de Estado de países miembros de al OEA, Giammattei acusó a la CIDH de “extorsión”, “amenaza”, “sesgo ideológico y de seguir una agenda proaborto. Además, dijo que la situación actual de Guatemala no corresponde a los supuestos que prevé el referido capítulo.

Dicho informe “está plagado de errores metodológicos que evidencian la falta de rigor jurídico y el sesgo ideológico que afecta a Guatemala”, dijo Giammattei en un discurso en el que por momentos se vio exaltado.

La CIDH argumenta la inclusión de Guatemala en la “lista negra” de países señalados de violaciones de derechos humanos por “el progresivo debilitamiento de la institucionalidad democrática”, “las injerencias sistemáticas contra la independencia” del sistema judicial, las “irregularidades en el proceso de elección de magistrados” y “la criminalización y estigmatización” de los jueces.

Reacción inédita

No es la primera vez que Guatemala figura en este capítulo. En 2015 ya había sido incluida debido a “situaciones estructurales en materia de justicia, seguridad ciudadana, marginación y discriminación”. Pero a diferencia de aquella ocasión, en esta se produjo una respuesta que roza en lo visceral por parte del mandatario.

Exdiplomáticos y analistas en relaciones internacionales coinciden en que una reacción de esta naturaleza no beneficia al país y, al contrario, acentúa la imagen que se pretende rechazar: la de un gobierno intolerante ante la crítica y la oposición que lo lleva a vulnerar los derechos humanos.

Christians Castillo, analista político

En otras ocasiones en que el respeto a estos derechos en el país se ha puesto en entredicho las inconformidades se han trasladado de una forma más discreta, precisamente porque de lo que se trata es de no hacer más promoción de una nominación como en la que recientemente se incluyó al país.

Existen otras vías para hacerlo, a través de la Cancillería, o del representante permanente de Guatemala ante la OEA.

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“Lo que se enseña en materia diplomática es que, con estas discusiones lo primero que se hace es bajar el tono —porque— estas actitudes lejos de ayudar al país sindicado de violar los derechos humanos lo ponen un poco más en el ojo público”, expuso el excanciller Gabriel Orellana.

“En otras palabras, llama más la atención lo que él —Giammattei— ha hecho en este momento que el informe como tal”, añadió. Guatemala ya ha enfrentado estas crisis, pero se han neutralizado con posiciones, por parte de los gobernantes, más discretas y sin llegar a escándalos que eventualmente pueden acrecentar la mala percepción del país, dijo.

Sin números

Otra forma de rebatir estos informes es acudir a los organismos con los datos e indicadores que contradigan a los reportes; sin embargo, esto no sucedió en el caso de Giammattei, quien se limitó a decir que la CIDH no tomó en cuenta los logros de su gobierno.

“Los países que han refutado este tipo de reportes suelen hacerlo con datos, para comprobar que han colaborado y trabajado de forma ardua en ciertos temas”, indicó Roberto Wagner, internacionalista y catedrático universitario.

Pero cuando se dan reacciones enérgicas y sin respaldo suficiente puede tratarse de acciones que llevan a cabo los presidentes para quedar bien con algún sector en Guatemala, “para que alguien diga que el presidente fue a poner orden a las personas allá —en la OEA—”, acotó el analista.

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Cuando la OEA criticaba a Venezuela, Hugo Chávez, incluso, insultaba al secretario general, “ahí es donde uno sabe que esas actitudes son para quedar bien con los seguidores más que para contraargumentar un reporte”, añadió Wagner.

Al respecto, el politólogo Christians Castillo, coincide con que esas posiciones, que se han expresado desde el gobierno de Jimmy Morales, pueden ser bien o mal recibidas en Guatemala “dependiendo del lente con que se ve”.

Aparte de la mala imagen internacional que se puede acentuar en el país, Jorge Aguilar Wong, especialista en análisis internacional, dice que por la coyuntura política y económica actual “no conviene pelearse” con países amigos y organismos multilaterales ya que si lo hacemos “nos cerramos las puertas”.

Jorge Aguilar Wong, especialista en análisis internacionales

No obstante, el analista también ve un riesgo de que el país esté abriendo las puertas para desligarse de todas estas instancias internacionales, semejante a lo que ya ha hecho Nicaragua que decidió retirarse de al OEA, y recordó que estos organismos como la CIDH fueron creados para ser un contrapeso de los gobiernos, cuando se detectan ciertos excesos y síntomas de autoritarismo.

La CIDH ya condenado a Guatemala en infinidad de casos obligando al gobierno a pagar reparaciones para las víctimas”, apuntó el exdiplomático y exembajador, Luis Padilla. Por eso es que los políticos “la detestan”, agregó.

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Prioridades

El discurso que Giammattei ofreció ante el Consejo Permanente de la OEA, en cierta manera reflejó sus prioridades. La mayor parte del tiempo, más de 11 minutos, lo dedicó a defender su posición ante la inclusión de Guatemala en el capítulo 4.B del informe anual de la CIDH.

Habló cinco minutos de seguridad, narcotráfico y otras amenazas, cuatro los dedicó para hablar de las consecuencias que sufre el país por el cambio climático, y uno a la lucha contra la corrupción.

Organizaciones civiles por lo regular trasladan la información para la elaboración de los informes de la CIDH, ya que las utiliza como contraparte del Gobierno. Una manifestación en contra de Alejandro Giammattei. (Foto prensa Libre: EFE)

A la migración le dedicó le dedicó poco menos de dos minutos; de hecho, Giammattei ni siquiera mencionó en su discurso la tragedia que había ocurrido en la víspera en San Antonio, Texas, donde murieron unos 50 migrantes hacinados en un camión, y por quienes el secretario general de la OEA, Luis Almagro, invitó a hacer un minuto de silencio.

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“Me hubiera gustado que fuera al revés el abordaje de los temas, y que hablara más de seguridad, cambio climático, y de qué cooperación se puede alcanzar al respecto, vemos precisamente ahora como se destruye la infraestructura del país”, señaló Wagner.

El presidente debe decir, ‘está bien, ustedes incluyeron a Guatemala en un informe’, pero debe insistir en la colaboración para ver de qué forma se puede corregir el rumbo”, añadió Aguilar Wong.

“Ninguna institución emitiera un juicio si los buenos indicadores fueran para arriba, pero no ha sucedido así todos van para abajo y el haber dedicado mucho más tiempo al tema de la CIDH en vez de otros como el cambio climático o la migración demuestra cuál es la preocupación y prioridad de Giammattei”, subrayó.

No daña imagen del país

La Secretaría de Comunicación Social de la Presidencia (SCSP) afirmó que las inconformidades por la inclusión de Guatemala en la “lista negra” del informe de la CIDH se trasladaron “por todos los medios diplomáticos establecidos”, pero que “lamentablemente” la solicitud no fue tomada en cuenta para desvanecer los señalamientos que se muestran en el informe.

Aseguró que la postura de Giammattei “de ninguna manera” afecta al país puesto que “se trata de la defensa del orden constitucional y de la soberanía”.

“Es necesario que la OEA, órgano rector de la CIDH, conozca de primera mano que se está traicionando la naturaleza para la cual fue creada”, aseveró.

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